viernes, 26 de septiembre de 2008

1 DE JUAN:

1 JUAN
CAPÍTULO 1
1-3. Valiosísimo testimonio de Juan.-
[Se cita 1 Juan l: 1-3.1 Juan da testimonio de esta manera de que había visto a Cristo y había estado con Cristo. El enemigo trató de presentar preguntas que produjeran dudas y disensiones en los comienzos de la historia de la iglesia cristiana. El testimonio de Juan fue valiosísimo en ese tiempo para fundamentar la fe de los creyentes. Podía decir con seguridad: Sé que Cristo vivió en esta tierra, y puedo dar testimonio de sus palabras y sus obras (MS 291 191l).
1-10 (ver EGW com. Apoc. 1:9). Juan el anciano siervo de Jesús.-
El apóstol Juan es un ejemplo de la forma en que Dios puede usar a obreros ancianos. Leed sus conmovedoras palabras, escritas cuando ya era anciano. ¿Quién podría dar un testimonio más firme y más decidido? [Se cita 1 Juan 1: 1-10; 2: 1-5.1
Juan revelaba en su ancianidad la vida de Cristo en su vida. Vivió hasta cerca de los cien años de edad, y vez tras vez repetía el relato del Salvador crucificado y resucitado. Los creyentes eran perseguidos y los de experiencia inmadura con frecuencia estaban en peligro de alejarse de Cristo; pero el anciano y probado siervo de Jesús mantenía firmemente su fe (MS 92, 1903).
7-9.
Ver EGW com. 1 Tim. 2:5.
7, 9 (Heb. 9:11-14, 22; Apoc. 22: 1). Eficacia de la sangre de Cristo.-
Gracias a Dios porque Aquel que derramó su sangre por nosotros vive para suplicar mediante ella, vive para interceder por cada alma que lo recibe. "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad". La sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado. Ella habla mejor que la sangre de Abel porque Cristo siempre vive para interceder por nosotros. Necesitamos tener siempre en cuenta la eficacia de la sangre de Jesús. Nuestra esperanza consiste en posesionarnos por fe viviente de esa sangre que limpia la vida y sostiene la vida. Necesitamos aumentar nuestro aprecio de su valor inestimable, pues tiene significado para nosotros solamente si por fe pedimos su virtud y mantenemos la conciencia limpia y en paz con Dios.
Esto es presentado como la sangre que perdona, inseparablemente relacionada con la resurrección y la vida de nuestro Redentor, ilustrada por la corriente que siempre fluye procedente del trono de Dios, el agua del río de la vida (Carta 87, 1894).
CAPÍTULO 2
1 (Rom. 8:34; 1 Tim. 2:5; Heb. 2:18; 7:25; 9:24; ver EGW com. Juan 17:5, 24). Defendidos de los ataques de Satanás..-
"Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo". Cuán cuidadoso es el Señor Jesús de no dar ninguna ocasión para que el alma se desespere. ¡Cómo defiende y protege al alma de los fieros ataques de Satanás! Si debido a múltiples tentaciones pecamos por ser sorprendidos o engañados, él no se aleja de nosotros y nos deja para que perezcamos. No, no; ese no es nuestro Salvador. Cristo oraba por nosotros. Fue tentado en todo como nosotros lo somos; y como fue tentado sabe cómo socorrer a los que son tentados.
Nuestro Señor crucificado está intercediendo por nosotros en la presencia del Padre delante del trono de la gracia. Podernos recurrir a su sacrificio expiatorio para nuestro perdón, nuestra justificación y nuestra santificación. El Cordero sacrificado es nuestra única esperanza. Nuestra fe eleva la mirada 960 hacia él, se aferra de él como de Aquel que puede salvar hasta lo sumo, y el Padre acepta la fragancia de. una ofrenda ampliamente suficiente. A Cristo ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra, y para el que cree todas las cosas son posibles. La gloria de Cristo está implicada en nuestro éxito. El tiene un interés común en toda la humanidad. Es nuestro Salvador que simpatiza con nosotros (Carta 33, 1895).
(Isa. 49:16; Zac. 3: l; Heb. 4:14-16; ver EGW com. Mat. 28:18; Heb. 5:5-6; 10:19-2l.)
Eficacia del sacerdocio de Cristo.-
Recordemos que nuestro gran Sumo Sacerdote está intercediendo ante el propiciatorio en favor de su pueblo rescatado. Vive siempre para interceder por nosotros. "Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo".
La sangre de Jesús está rogando con poder y eficacia por los que están apostatando, por los que son rebeldes, por los que pecan contra la gran luz y el amor. Satanás está a nuestra diestra para acusarnos, y nuestro Ahogado está a la diestra de Dios para rogar por nosotros. El nunca ha perdido un caso que le ha sido entregado. Podemos confiar en nuestro Abogado porque presenta sus propios méritos en favor de nosotros. Oíd su oración antes de que fuera traicionado y juzgado. Escuchad su oración por nosotros, pues nos mantenía en su recuerdo.
El no olvidará a su iglesia en el mundo de tentaciones. Contempla a su pueblo probado y doliente, y ora por él... Sí, contempla a su pueblo en este mundo, que es un mundo perseguidor y todo marchito y echado a perder con la maldición, y sabe que los suyos necesitan de todos los recursos divinos de su simpatía y su amor. Nuestro Precursor ha entrado por nosotros dentro del velo y, sin embargo, mediante la áurea cadena del amor y la verdad está unido con su pueblo en la simpatía más estrecha.
Está intercediendo por los más humildes, los más oprimidos y sufrientes, por los más probados y tentados. Con manos levantadas suplica: "En las palmas de las manos te tengo esculpida". Dios se complace en escuchar las súplicas de su Hijo y responde a ellos... [se cita Heb. 4:14-16] (RH 15-8-1893).
Fijando nuestros ojos en nuestro Abogado.-
En todos nuestros actos de verdadera consagración fijemos los ojos de la fe en nuestro Abogado, el cual está entre el hombre y el trono eterno, esperando para unirse con cada uno de nuestros esfuerzos, y por su Espíritu nos ayuda a un conocimiento más perfecto de Dios (MS 7, 1898).
1-2.
Ver EGW Com. Heb. 2:14-18; Sant. 1:25.
3-4.
Ver EGW com. 1 Tes. 4:3.
4.
Ver EGW com. Juan 14:15; Rom. 3:31.
6 (ver EGW com. 2 Cor. 5:17; Apoc. 14:4). Andando como Cristo anduvo.-
Los que andan como Cristo anduvo, los que son pacientes, amables, bondadosos, mansos y humildes de corazón, los que llevan el yugo con Cristo y las cargas de él, los que suspiran por las almas como él suspiró por ellas, éstos entrarán en el gozo de su Señor. Verán con Cristo el trabajo del alma del Redentor, y serán satisfechos. Triunfará el cielo, pues los puestos vacantes dejados en el cielo por la caída de Satanás y sus ángeles, serán llenados por los redimidos del Señor (RH 29-5-1900).
La imitación de Cristo.-
La verdadera religión es la imitación de Cristo. Los que son seguidores de Cristo se negarán a sí mismos, tomarán la cruz de Cristo y caminarán en sus pisadas. Seguir a Cristo significa obediencia a todos sus mandamientos. De ningún soldado se puede decir que obedece a su comandante si no obedece sus órdenes. Cristo es nuestro modelo. Imitar a Jesús, lleno de amor, ternura y compasión, exige que nos acerquemos a él diariamente. ¡Oh, cuánto ha sido deshonrado Dios por sus falsos representantes! (Carta 31a, 1894).
15.
Espacio entre el alma y Jesús.-
Los que siempre se están acercando un poco más al mundo y volviéndose más semejantes a los mundanos en sentimientos, en planes, en ideas, han dejado un espacio entre ellos y el Salvador, y Satanás se ha abierto camino para ocupar ese espacio; y en la vida de ellos se entretejen planes viles y egoístas, manchados de mundanalidad (RH 7-6-1887).
No es la áurea moneda del cielo.
Así como los que aman al mundo subordinan la religión al mundo, así Dios exige que sus adoradores subordinen el mundo a la religión. No se debe dar la primera consideración a las cosas del mundo que perecen con el mundo. Ellas no son la áurea moneda del cielo. Dios no ha impreso sobre ellas su imagen e inscripción (MS 16, 1890).
18 (Dan. 12:13; Apoc. 14:6-12). Debe entenderse el significado del anticristo.-
Los que se confunden en su comprensión de la 961 Palabra, que no logran ver el significado del anticristo, con seguridad se pondrán del lado del anticristo. No hay tiempo ahora para que nos asemejemos al mundo. Daniel está en su "heredad" y en su lugar. Las profecías de Daniel y Juan deben ser entendidas. Se interpretan mutuamente. Dan al mundo verdades que cada uno debe entender Estas profecías deben ser testigos en el mundo. Mediante su cumplimiento se explicarán a sí mismas en estos últimos días.
El Señor está a punto de castigar al mundo por su iniquidad. Está por castigar a las entidades religiosas por su rechazo de la luz y la verdad que les han sido dadas. El gran mensaje que combina los mensa es de los ángeles primero, segundo y tercero, debe ser dado al mundo. Este debiera ser el propósito de nuestra obra. Los que verdaderamente creen en Cristo estarán de acuerdo abiertamente con la ley de Jehová. El sábado es la señal entre Dios y su pueblo, y debemos hacer que sea visible nuestra conformidad con la ley de Dios observando el sábado. El ha de ser la señal de distinción entre el pueblo elegido de Dios y el mundo (MS 10, 1900).
(2 Tes. 2: 3-10; Apoc. 13: 16-17; 18: 3-7.) La sociedad clasificada en dos clases.-
Toda la sociedad está clasificada en dos grandes clases: los obedientes y los desobedientes. ¿En cuál de esas clases seremos hallados?
Los que guardan los mandamientos de Dios, los que viven no sólo de pan sino de toda palabra que sale de la boca de Dios, componen la iglesia del Dios viviente. Los que prefieren seguir al anticristo son súbditos del gran apóstata. Alineados bajo la bandera de Satanás quebrantan la ley de Dios e inducen a otros a quebrantarla. Se esfuerzan para redactar las leyes de las naciones para que los hombres demuestren su lealtad a los gobernantes terrenales hollando las leyes del reino de Dios.
Satanás distrae las mentes con cuestiones baladíes, de modo que no tengan una visión clara y distinta de los asuntos de gran importancia. El enemigo hace planes para entrampar al mundo.
El mundo que pretende ser cristiano será el teatro de acciones grandes y decisivas. Los que tienen autoridad promulgarán leyes para regir la conciencia siguiendo el ejemplo del papado. Babilonia hará que todas las naciones beban el vino del furor de su fornicación. Cada nación quedará implicada... [se cita Apoc. 18:3-7] (MS 24, 1891).
Todo el cielo del lado de Cristo.-
La determinación del anticristo de llevar a cabo la rebelión que comenzó en el cielo continuará actuando en los hijos de desobediencia. Su envidia y odio contra los que obedecen el cuarto mandamiento serán cada vez más intensos. Pero el pueblo de Dios no debe ocultar su bandera; no debe ignorar los mandamientos de Dios ni practicar el mal con la multitud para disfrutar de tranquilidad...
Mientras mayor sea la influencia del hombre para el bien, bajo el control del Espíritu de Dios, más determinado estará el enemigo para dar rienda suelta a su envidia y sus celos contra él mediante una persecución religiosa; pero todo el cielo está del lado de Cristo y no del anticristo. Dios honrará a los que amen a Dios y estén dispuestos a ser copartícipes de los sufrimientos de Cristo. El anticristo, lo cual incluye a todos los que se ensalzan contra la voluntad y la obra de Dios, experimentarán en el tiempo señalado la ira de Aquel que se dio a sí mismo para que no perecieran sino que tuvieran vida eterna. Dios registrará en el libro de la vida a todos los que perseveren en la obediencia, a todos los que no vendan sus almas por dinero o por el favor de los hombres (MS 9, 1900).
(Col. 2: 8; 1 Tim. 6: 20.) La razón humana contra la sabiduría de Dios.-
Muchos ensalzan la razón humana, idolatran la sabiduría humana y colocan las opiniones de los hombres por encima de la sabiduría revelada de Dios. Esto da oportunidad para la acción de Satanás, y el espíritu del anticristo se ha extendido mucho más de lo que cualquiera de nosotros se imagina...
Las máximas del mundo, que no tienen en cuenta a Dios, han sido introducidas en las teorías de la iglesia. En el concepto de los hombres, la varia filosofía y la falsamente llamada ciencia son de más valor que la Palabra de Dios. Prevalece en gran medida la idea de que el divino Mediador no es esencial para la salvación del hombre. Se cree y se confía más en una diversidad de teorías para la salvación del hombre, propuestas por los llamados sabios a la manera del mundo, que en la verdad de Dios como es enseñada por Cristo y sus apóstoles.
El espíritu mentiroso que sedujo a Eva en el Edén es aceptado hoy día por la mayoría de los habitantes de la tierra. Aun el mundo cristiano se resiste a ser convertido por el 962 Espíritu de Dios; pero escucha al príncipe de las tinieblas cuando se le acerca con la apariencia de ángel de luz. El espíritu del anticristo está prevaleciendo en el mundo mucho más ampliamente de lo que ha prevalecido antes.
El día de la prueba y de la purificación está muy cerca de nosotros. Señales de un carácter sumamente alarmante aparecen en forma de inundaciones, huracanes, tornados, turbiones, desastres por mar y tierra, que proclaman la proximidad del fin de todas las cosas. Los juicios de Dios están cayendo sobre el mundo para que los hombres puedan despertarse ante la realidad de que Cristo vendrá rápidamente (RH 8- 11- 1892).
CAPÍTULO 3
1. (Juan 3: 16; 2 Ped. 1: 10-11; ver EGW com. 1 Juan 4: 7-8). Recibidos como un hijo.-
El plan de redención no es sólo una forma de escapar del castigo de la transgresión, sino que el pecador recibe el perdón de sus pecados por medio de ese plan, y finalmente será recibido en el cielo; pero no como un delincuente que es perdonado y dejado en libertad y que sin embargo es objeto de desconfianza y no se le brinda amistad ni se le tiene fe, sino que se le da la bienvenida como a un hijo y se le da de nuevo la más plena confianza.
El sacrificio de nuestro Salvador ha hecho amplia provisión para cada alma arrepentida y creyente. Somos salvos porque Dios ama lo que ha sido comprado con la sangre de Cristo, y no sólo perdonará al pecador arrepentido, no sólo le permitirá entrar en el cielo, sino que él, el Padre de misericordia, aguardará en los mismos portales del cielo para darnos la bienvenida, para darnos una amplia entrada en las mansiones de los bienaventurados. ¡Oh, qué amor, que maravilloso amor ha mostrado el Padre en la dádiva de su amado Hijo por esta raza caída! Y este Sacrificio es un canal para que fluya su amor infinito, para que todo el que cree en Jesucristo pueda recibir, como el hijo pródigo, plena y gratuita reintegración al favor del cielo (RH 21-9-1886).
3.
Ver EGW com. 1 Ped. 1: 22; Apoc. 7: 2-3.
3-6. (1 Ped. 1: 22). Poder para guardarnos en caso de tentación.-
"Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro".
¿Significa este texto que el ser humano puede quitar una mancha de pecado de su alma? No. Entonces, ¿qué significa purificarse a sí mismo? Significa contemplar la gran norma moral de justicia, la santa ley de Dios, y ver que es un pecador a la luz de esa ley "Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él".
Por medio de la fe en Jesucristo la verdad es aceptada en el corazón, y el ser humano es purificado y limpiado... Dispone de un principio permanente en el alma que lo capacita para vencer la tentación. "Todo aquel que permanece en él, no peca". Dios tiene poder para guardar el alma que está en Cristo, que sufre la tentación...
Una simple profesión de piedad no tiene valor Es cristiano el que permanece en Cristo... A menos que la mente de Dios se convierta en la mente del hombre, será inútil todo esfuerzo para purificarse a sí mismo, pues es imposible elevar al hombre a menos que sea mediante un conocimiento de Dios. Puede haber una cubierta del barniz exterior, y los hombres pueden ser como eran los fariseos, a quienes Cristo describió como "sepulcros blanqueados", llenos de corrupción y de huesos de cadáveres. Pero todas las deformidades del alma están presentes delante de Aquel que juzga con justicia, y a menos que la verdad sea implantada en el corazón, no puede dominar la vida. La limpieza exterior de la copa nunca podrá hacer que el vaso sea puro por dentro. Una aceptación nominal de la verdad es buena hasta donde pueda llegar, y la capacidad de dar razón de nuestra fe es algo bueno; pero si la verdad no penetra aún más profundamente, el alma nunca será salvada. El corazón debe ser purificado de toda contaminación moral (Carta 13, 1893).
4. (Rom. 3: 20; ver EGW com. Gál. 3: 24-26; Efe. 2: 14-16). Única definición de pecado.-
"El pecado es infracción de la ley". Esta es la única definición del pecado. Sin la ley no puede haber transgresión. "Por medio de la ley es el conocimiento del pecado". La norma de justicia es sumamente amplia. Prohibe toda acción mala (MS 27, 1899).
4-5. ¿Qué es la justicia de Dios?-
La transgresión de la ley de Dios en un simple caso, en el más pequeño detalle, es pecado; y la no aplicación del castigo por ese pecado sería un crimen en la administración divina. 963
Dios es el juez, el ejecutor de la justicia, que es la habitación y el fundamento de su trono. El no puede pasar por alto su ley; no puede eliminar lo más pequeño que hay en ella para hacer frente al pecado y perdonarlo. La rectitud, justicia y excelencia moral de la ley deben ser mantenidas y vindicadas ante el universo celestial y los mundos no caídos.
¿Qué es la justicia de Dios? Es la santidad de Dios en relación con el pecado. Cristo llevó los pecados del mundo en lugar del hombre, para que el pecador pudiera pasar por otra prueba con todas las oportunidades divinas y ventajas que Dios ha dispuesto en favor del hombre (MS 145, 1897).
8. (ver EGW com. Gén. 6: 3). La sencillez de la piedad no es superficialidad.-
Juan da testimonio de Cristo, el dador de la Palabra, cuando dice: "Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo". Juan nos presenta la piedad práctica con un lenguaje sumamente sencillo. Esa sencillez no demuestra superficialidad, sino profundidad. Juan está hablando a hombres y mujeres de verdad, y el Espíritu Santo lo dirigió para que escribiera en tal forma que ellos se relacionaran con un Dios real y viviente. El nos muestra lo que Dios está haciendo y lo que el hombre debe hacer para cumplir con las órdenes de Dios. Juan no presenta la verdad con vacilaciones, sino en una forma decidida. Habla positivamente [se cita 1 Juan 1: 1 7] (ST 11-1-1899).
CAPÍTULO 4
1. (Isa. 8: 20; Mat. 7: 15-16; 24: 11, 23-24; 1 Tes. 5: 19-21; 1 Tim. 4: 1; ver EGW com. Col. 2: 8; Apoc. 1: 1-2). Cuidaos de los falsos profetas.-
En estos días peligrosos no debemos aceptar como verdad cualquier cosa que los hombres nos presenten. Cuando falsos maestros que dicen venir de Dios lleguen a nosotros declarando que tienen un mensaje de Dios, corresponde que averigüemos cuidadosamente: ¿cómo sabemos que es verdad? Jesús nos ha dicho que "falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos". Pero no necesitamos ser engañados, pues la Palabra de Dios nos da una prueba por la cual podemos saber lo que es verdad. El profeta dice: "¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido".
Según esta declaración es evidente que nos corresponde ser diligentes estudiantes de la Biblia para que podamos saber qué está de acuerdo con la ley y el testimonio. No hay otra forma en que podamos estar seguros. Jesús dice: "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis" (RH 23-2- 1892).
En estos días de engaños, cada uno que esté establecido en la verdad tendrá que luchar por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Todo matiz de error será puesto de manifiesto en la obra tenebrosa de Satanás, quien, de ser posible, engañaría a los mismos escogidos y los apartaría de la verdad...
Habrá falsos sueños y falsas visiones que contendrán algo de verdad, pero que descarriarán de la fe original. El Señor ha dado a los hombres una regla para detectar esos engaños: "¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido". Si menosprecian la ley de Dios, si no prestan atención a su voluntad tal como está revelada en los testimonios de su Espíritu, son engañadores. Son dirigidos por impulsos e impresiones que creen que proceden del Espíritu Santo y consideran más dignos de fe que la Palabra inspirada. Pretenden que cada pensamiento y sentimiento es una impresión del Espíritu, y cuando se les demuestra algo por medio de las Escrituras, declaran que tienen algo más digno de ser creído. Pero aunque piensan que son guiados por el Espíritu de Dios, en realidad están siguiendo una imaginación producida por Satanás (BE septiembre, 1886).
(Hech. 20: 30-31.)
Diría a nuestros queridos hermanos que han estado con tantos deseos de aceptar todo lo que ha venido en forma de visiones y sueños: Tened cuidado de que no seáis entrampados. Leed las advertencias que han sido dadas por el Redentor del mundo a sus discípulos, para que ellos a su vez las impartan al mundo. La Palabra de Dios es una sólida roca, y podemos afirmar nuestros pies con seguridad sobre ella. Cada alma inevitablemente será probada, cada fe y doctrina necesariamente tendrán que ser probadas por la ley y el testimonio. Mirad que nadie os engañe. Las advertencias de Cristo sobre este asunto son necesarias en este tiempo, pues penetrarán entre nosotros errores y engaños, y se multiplicarán a medida que nos aproximemos al fin.
"De vosotros mismos se levantarán hombres 964 que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. Por tanto, velad, acordándoos". No olvidéis que pruebas de este carácter deben sobrevenirnos, no sólo desde afuera sino desde adentro, de nuestras propias filas. Nuestra seguridad individual depende de una entera consagración a Dios (MS 271 1894).
7-8. (1 Ped. 1: 22). Trabajando con amor.-
El amor puro es sencillo en la forma en que actúa, y distinto de todo otro principio de acción. Cuando se combina con motivos terrenales e intereses egoístas, deja de ser puro. Dios tiene más en cuenta con cuánto amor trabajamos que la cantidad de trabajos que hacemos. El corazón natural no puede crear ese amor. Esta planta celestial sólo florece donde Cristo reina supremo. Donde existe amor, hay poder y verdad en la vida. El amor hace bien y nada más que bien. Los que tienen amor dan frutos para santidad, y al fin tendrán vida eterna (YI 13-1-1898).

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