jueves, 25 de septiembre de 2008

DANIEL:

CAPÍTULO 1
1. Especialmente para los últimos días.-
Leed el libro de Daniel. Recordad punto por punto la historia de los reinos que allí se presenta. Contemplad a los estadistas, los concilios, los ejércitos poderosos, y ved cómo Dios obró para abatir el orgullo humano y humilló hasta el polvo la gloria humana. Sólo Dios es presentado como grande. En la visión del profeta se lo ve derribando a un poderoso gobernante y colocando a otro. Se lo revela como el monarca del universo que está por establecer su reino eterno: el Anciano de días, el Dios viviente, la Fuente de toda sabiduría, el Gobernante del presente, el Revelador del futuro. Leed y comprended cuán pobre, cuán frágil, cuán efímero, cuán falible, cuán culpable es el hombre que eleva su alma a la vanidad...
La luz que Daniel recibió directamente de Dios le fue dada especialmente para estos últimos días. Las visiones que tuvo a orillas del Ulai y del Hidekel, los grandes ríos de Sinar, ahora están en el proceso de su cumplimiento, y pronto habrán sucedido todos los acontecimientos predichos (Carta 57, 1896).
8. No hay ahora un plan diferente.-
Cuando Daniel estuvo en Babilonia, fue acosado por tentaciones con las que nunca había soñado, y comprendió que debía mantener su cuerpo en sujeción. Propuso en su corazón que no bebería del vino del rey ni comería de sus manjares. Sabía que para poder vencer debía tener una clara percepción mental para ser capaz de discernir entre el bien y el mal. Mientras Daniel hacía su parte, Dios también estaba en acción, y le dio "conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños". En esa forma procedió Dios con Daniel, y no tiene el propósito de proceder de manera diferente ahora. El hombre debe cooperar con Dios para llevar a cabo el plan de salvación (RH 2-4-1889).
Una decisión inteligente.-
Cuando Daniel y sus compañeros fueron puestos a prueba, se colocaron plenamente del lado de la rectitud y la verdad. No procedieron caprichosa sino inteligentemente. Decidieron que como la carne no había formado parte de su régimen en lo pasado, no debían comerla en lo futuro; y así como el vino había sido prohibido a todos los que deben ocuparse del servicio de Dios, decidieron que no lo tomarían.
Sabían lo que les sucedió a los hijos de Aarón y que el vino ofuscaría su mente, que la complacencia del apetito nublaría sus facultades de discernimiento. Se han registrado estos detalles en la historia de los hijos de Israel como una advertencia, para que cada joven rechace todas las costumbres, prácticas y complacencias que en alguna forma puedan no de deshonrar a Dios.
Daniel y sus compañeros no sabían cuál sería el resultado de su decisión; sólo sabían que les costaría la vida, pero resolvieron seguir la senda recta de una estricta temperancia aunque estaban en la corte de la licenciosa Babilonia (Yl 18-8-1898).
9. El buen comportamiento granjeó la simpatía.-
Ese funcionario vio en Daniel buenos rasgos de carácter. Vio que se esforzaba por ser bondadoso y útil, que sus palabras eran respetuosas y corteses, y que estaba dotado de las virtudes de la modestia y la humildad. El buen comportamiento del joven fue lo que le ganó el favor y el afecto del príncipe (Yl 12-11-1907).
15. Los tentadores de Daniel.-
Daniel no procedió precipitadamente al dar este paso. Sabía que cuando fuera llamado para presentarse ante el rey, sería evidente la ventaja de una vida sana. El efecto seguiría a la causa. Daniel dijo a Melsar, el que estaba a cargo de él y de sus compañeros: "Te ruego que hagas la prueba con tus siervos por diez días, y nos des legumbres a comer, y agua a beber". Daniel sabía que diez días sería un lapso suficiente para demostrar el beneficio de la templanza...
Después de hacer esto, Daniel y sus compañeros todavía hicieron algo más: no eligieron como compañeros a los que eran agentes del príncipe de las tinieblas; no se unieron con la multitud para practicar el mal. Buscaron la amistad de Melsar, y no hubo fricción entre él y ellos. Buscaron el consejo de él y, al mismo tiempo, lo instruyeron con la sabiduría de su comportamiento (YI 6-9-1900).
17. La bendición de Dios no sustituye el esfuerzo.-
Cuando los cuatro jóvenes hebreos estaban siendo educados para la corte del rey de Babilonia, no pensaron que la bendición del Señor sustituía el decidido esfuerzo que se requería de ellos. Eran diligentes en el estudio, pues comprendían que por la gracia de Dios su destino dependía de su propia voluntad y acción. Tenían que dedicar a la obra toda su capacidad, y mediante una severa y continua aplicación de sus facultades debían aprovechar al máximo sus oportunidades de estudio y trabajo.
Mientras estos jóvenes se ocupaban de su propia salvación, Dios estaba obrando en ellos tanto "el querer como el hacer por su buena voluntad". Aquí se revelan las condiciones del éxito. Para apropiarnos de la gracia de Dios tenemos que hacer nuestra parte. El Señor no tiene el propósito de hacer por nosotros ni el querer ni el hacer. Concede su gracia para que se efectúe en nosotros el querer y el hacer; pero nunca como tan sustituto de nuestros esfuerzos. Nuestra alma debe estar dispuesta a cooperar. El Espíritu Santo obra en nosotros para que podamos ocuparnos de nuestra salvación. Esta es la lección práctica que el Espíritu Santo procura enseñarnos (YI 20-8-1903).
17, 20. Honor sin exaltación.-
Daniel y sus tres compañeros tenían una obra especial que hacer. Aunque recibieron grandes honores en esa obra, no se ensalzaron en ninguna forma. Eran eruditos; estaban capacitados tanto en conocimiento secular como religioso; pero habían estudiado ciencia sin contaminarse. Eran bien equilibrados porque se habían entregado a la dirección del Espíritu Santo. Esos jóvenes dieron a Dios toda la gloria de sus capacidades físicas, científicas y religiosas. Su conocimiento no fue fruto de la casualidad; obtuvieron su erudición mediante el fiel uso de sus facultades, y Dios les dio habilidad y entendimiento.
La verdadera ciencia y la religión bíblica están en perfecta armonía. Que los alumnos de nuestros colegios aprendan todo lo que les sea posible. Pero que, por regla general, sean educados en nuestras propias instituciones. Sed cuidadosos en cuanto al consejo que les dais de asistir a otras instituciones en donde se enseña el error, para terminar su educación. No les deis la impresión de que ha de progresarse más en la educación mezclándose con los que no buscan la sabiduría de Dios. Los grandes hombres de Babilonia estuvieron dispuestos a beneficiarse con la instrucción que Dios dio mediante Daniel, para que el rey saliera de su dificultad por medio de la interpretación de su sueño. Pero anhelaban mezclar su religión pagana con la de los hebreos. Si Daniel y sus compañeros hubiesen consentido en una claudicación tal, según los babilonios habrían sido estadistas cabales, idóneos para que se les confiaran los asuntos del reino. Pero los cuatro hebreos no entraron en ese convenio. Fueron leales a Dios, y Dios los sostuvo y los honró. La lección es para nosotros: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Carta 57, 1896).
20. La espiritualidad y el intelecto se desarrollan juntos.-
Al igual que en el caso de Daniel, en la exacta proporción en que se desarrolla el carácter espiritual, aumentan las facultades intelectuales (RH 22-3-1898).
CAPÍTULO 2
18. Los obedientes pueden hablar con libertad.-
Los que viven en estrecha comunión con Cristo serán promovidos por él a puestos de confianza. El siervo que hace lo mejor que puede para su amo, es admitido a una relación familiar con aquel cuyas órdenes obedece con amor. En el fiel cumplimiento del deber podemos llegar a ser uno con Cristo, pues los que obedecen las órdenes de Dios pueden hablarle con libertad. El que conversa más familiarmente con su Guía divino tiene el concepto más elevado de la grandeza de Dios y es el más obediente a sus órdenes (MS 82, 1900).
Si se hubiera escrito toda la historia de Daniel, abriría ante vosotros capítulos que os mostrarían las tentaciones a las que él tuvo que hacer frente: tentaciones de ridículo, envidia y odio; pero él aprendió a dominar las dificultades. No confió en su propia fuerza. Puso delante de su Padre celestial toda su alma y todas sus dificultades, y creyó que Dios le oía, y fue consolado y bendecido. Superó el ridículo, y así también lo hará aquel que sea vencedor. Daniel adquirió un estado mental sereno y alegre, porque creía que Dios era su amigo y ayudador. Los abrumadores deberes que tenía que cumplir le resultaban livianos, porque ponía en ellos la luz y el amor de Dios. "Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad" para los que caminan en ellas (YI 25-8-1886).
37-42. Una doble representación.-
La imagen mostrada a Nabucodonosor simboliza el deterioro del poder y la gloria de los reinos de la tierra, y, al mismo tiempo representa adecuadamente el deterioro de la religión y de la moral entre los habitantes de esos reinos. Cuando las naciones se olvidan de Dios se debilitan moralmente en igual proporción.
Babilonia desapareció porque en su prosperidad se olvido de Dios y atribuyó la gloria de su prosperidad a las hazañas humanas.
El reino Medo-Persa fue visitado por la ira del cielo debido a que en ese reino fue pisoteada la ley de Dios. El temor de Jehová no tenía cabida en el corazón de la gente. Las influencias que prevalecían en Medo-Persia eran la impiedad, la blasfemia y la corrupción.
Los reinos subsiguientes fueron aun más viles y corruptos. Se deterioraron porque menospreciaron su fidelidad a Dios. Al olvidarse de Dios se hundieron más y más en la escala de valores morales (YI 22-9-1903).
43. Hierro y barro: Mezcla político-religiosa.-
Hemos llegado a un tiempo cuando la sagrada obra de Dios está representada por los pies de la imagen, en los cuales el hierro estaba mezclado con el barro cenagoso. Dios tiene un pueblo, un pueblo escogido, cuyo discernimiento debe ser santificado, y que no debe convertirse en profano poniendo en el fundamento madera, heno y hojarasca. Cada alma leal a los mandamientos de Dios verá que el rasgo distintivo de nuestra fe es el día de reposo, el séptimo día. Si el gobierno honrara el sábado como Dios lo ha ordenado, tendría el poder de Dios y defendería la fe que una vez fue dada a los santos. Pero los estadistas apoyarán el falso día de reposo, y mezclarán su fe religiosa con la observancia de este hijo del papado, colocándolo por encima del sábado que el Señor santificó y bendijo, apartándolo para que el hombre lo observe santamente como una señal entre Dios y su pueblo por mil generaciones. La mezcla de los asuntos de la iglesia y de la administración política se representa con el hierro y el barro. Esa unión está debilitando todo el poder de las iglesias. Esta aceptación en la iglesia del poder del Estado, traerá malos resultados. Los hombres casi han traspasado el límite de la tolerancia de Dios. Han utilizado su fuerza política y se han unido con el papado. Pero llegará el tiempo cuando Dios castigará a los que han invalidado su ley, y sus malas obras recaerán sobre ellos mismos (MS 63, 1899).
46. Una revelación divina.-
Nabucodonosor creyó que podía aceptar esa interpretación como una revelación divina pues a Daniel le había sido revelado cada detalle del sueño. Las solemnes verdades implicadas en la interpretación de esa visión nocturna impresionaron profundamente al soberano, y con humildad y temor reverente "se postró sobre su rostro"...
Nabucodonosor vio claramente la diferencia entre la sabiduría de Dios y la sabiduría de los máximos eruditos de su reino (YI 8-91903).
47. Un reflector de luz.-
El Señor se dio a conocer a los paganos de Babilonia mediante los cautivos hebreos. A esa nación idolatra se le dio un conocimiento del reino que el Señor iba a establecer y sostener mediante su poder contra todo el poder y la habilidad de Satanás. Daniel y sus compañeros, Esdras y Nehemías y muchos otros, fueron testigos de Dios en su cautiverio. El Señor los esparció entre los reinos de la tierra para que su luz pudiera resplandecer brillantemente en medio de las negras tinieblas del paganismo y la idolatría. Dios reveló a Daniel la luz de sus propósitos, que habían estado ocultos por muchas generaciones. Dispuso que Daniel contemplara en visión la luz de la verdad divina, y que reflejara esa luz sobre el orgulloso reino de Babilonia. Se permitió que desde el trono de Dios refulgiera luz sobre el despótico rey. Se mostró a Nabucodonosor que el Dios del cielo regía sobre todos los monarcas y reyes de la tierra. Su nombre debía publicarse como el de Dios que está por encima de todos los dioses. Dios anhelaba que Nabucodonosor comprendiera que los gobernantes de los reinos terrenales tenían un gobernante en los cielos. La fidelidad de Dios al rescatar a los tres cautivos de las llamas y al justificar la conducta de ellos, mostró el poder maravilloso de Dios.
De Daniel y sus compañeros emanó y brilló una gran luz. Se dijeron cosas gloriosas de Sión, la ciudad de Dios. El Señor quiere que de esta manera brille la luz espiritual procedente de sus fieles atalayas en estos últimos días. Si los santos del Antiguo Testamento dieron un testimonio tan decidido de lealtad, ¡cuánto debiera brillar hoy el pueblo de Dios que tiene la luz acumulada de los siglos, desde que las profecías del Antiguo Testamento 1191 proyectaron su gloria velada hacia el futuro! (Carta 32, 1899).
CAPÍTULO 3
1-5. Una imagen de los últimos días.-
El sábado del cuarto mandamiento es invalidado por muchos que lo tratan como algo baladí, mientras que ensalzan el falso día de reposo, el hijo del papado. En lugar de las leyes de Dios, son ensalzadas las leyes del hombre de pecado; leyes que serán recibidas y obedecidas como lo fue por los babilonios la maravillosa imagen de Nabucodonosor. Al levantar esa gran imagen, Nabucodonosor ordenó que debía recibir el homenaje e universal de todos, tanto grandes como pequeños, encumbrados y humildes, ricos y pobres (MS 24, 1891).
19. Se anticipa algo insólito.-
Cuando el rey vio que su voluntad no era recibida como la voluntad de Dios, "se llenó de ira" y la expresión de su rostro cambió contra estos hombres. Características satánicas hicieron que su rostro pareciera como el rostro de un demonio, y con toda la fuerza con que podía decretar, ordenó que el horno fuera calentado siete veces más que lo acostumbrado, y mandó que los hombres más vigorosos ataran a los jóvenes y los arrojaran en el horno. Creyó que se necesitaba un poder extraordinario para tratar a esos nobles hombres. Tenía la firma convicción de que algo insólito se interpondría en favor de ellos, y ordenó que sus hombres más fuertes se ocuparan de ellos (ST 6-5-1897).
25. Cristo revelado por los cautivos.-
¿Cómo supo Nabucodonosor que el aspecto del cuarto era como el del Hijo de Dios? De los cautivos hebreos que estaban en su reino había oído acerca del Hijo de Dios. Ellos habían sido portadores del conocimiento del Dios viviente que gobierna todas las cosas (RH 3-5-1892).
28. Los compañeros entendieron la fe.-
Estos fieles hebreos poseían gran capacidad natural y cultura intelectual, y ocupaban una encumbrada posición de honor. Sin embargo, todas esas ventajas no los indujeron a olvidarse de Dios. Todas sus facultades fueron entregadas a la influencia santificadora de la gracia divina. Con su piadoso ejemplo y su firme integridad manifestaron las alabanzas de Aquel que los había llamado de las tinieblas a su luz admirable. El poder y la majestad de Dios se exhibieron delante de la vasta asamblea en la maravillosa liberación de ellos. Jesús mismo se colocó a su lado en el terrible horno, y mediante la gloria de su presencia convenció al altivo rey de Babilonia de que no podía ser otro sino el Hijo de Dios. La luz del cielo había estado irradiando de Daniel y sus compañeros, hasta que todos sus compañeros entendieron la fe que ennoblecía sus vidas y embellecía sus caracteres (RH 1-2-1881).
CAPÍTULO 4
17. Los hombres importantes son diligentemente vigilados.-
El Señor Dios omnipotente reina. Todos los reyes, todas las naciones le pertenecen. Están bajo su dominio y gobierno. Sus recursos son infinitos. El sabio declara: "Como los repartimientos de las aguas, así está el corazón del rey en la mano de Jehová; a todo lo que quiere lo inclina".
Aquellos de quienes depende el destino de las naciones son vigilados con una atención que no conoce tregua por Aquel que "da victoria a los reyes", a quien pertenecen "los escudos de la tierra" (RH 28-3-1907).
33. Algunos son hoy como Nabucodonosor.-
Estamos viviendo en los últimos días de la historia de esta tierra, y no debe sorprendernos ninguna forma de apostasía o de negación de la verdad. La incredulidad ha llegado a ser hoy día un artificio refinado en el cual se ocupan los hombres para destrucción de sus almas. Hay un peligro constante de que haya simulaciones en los que predican desde el púlpito, cuyas vidas contradicen sus palabras, pero la voz de advertencia y admonición se oirá mientras dure el tiempo; y los que son culpables de transacciones que nunca debieran haber emprendido, cuando sean reprobados o aconsejados por los agentes que Dios ha dispuesto, resistirán el mensaje y se negarán a ser corregidos. Continuarán como lo hicieron Faraón y Nabucodonosor, hasta que el Señor los prive de la razón y su corazón se vuelva insensible. Les llegará la Palabra de Dios; pero si prefieren no oírla el Señor los hará responsables de su propia ruina (NL N.º 31, p. 1).
37. Nabucodonosor completamente convertido.-
El deseo de glorificar a Dios fue el más poderoso de todos los motivos en la vida de Daniel. Comprendía que cuando estaba en la presencia de hombres influyentes, una 1192 falla en reconocer a Dios como el origen de su sabiduría lo hubiera convertido en un mayordomo infiel. Y su constante reconocimiento del Dios del cielo delante de reyes, príncipes y estadistas, no disminuyó su influencia en lo más mínimo. El rey Nabucodonosor, delante de quien Daniel honró con tanta frecuencia el nombre de Dios, finalmente se convirtió plenamente, y aprendió a engrandecer y glorificar "al Rey del cielo" (RH 11-1-1906).
Un testimonio cálido y elocuente.-
El rey que ocupaba el trono de Babilonia se convirtió en un testigo de Dios que dio un testimonio cálido y elocuente, que brotaba de un corazón agradecido que estaba participando de la misericordia y la gracia, de la justicia y la paz, de la naturaleza divina (Yl 13-12-1904).
CAPÍTULO 5
5-9. Se sintió la presencia de un huésped invisible.-
Un Vigilante que no fue reconocido, pero cuya presencia era un poder de condenación, contempló esta escena de profanación. Pronto el Huésped invisible, que no había sido invitado, hizo que se sintiera su presencia. En el momento en que la sacrílega orgía estaba en su punto máximo, apareció una mano incruenta, y escribió palabras de juicio condenatorio sobre la pared del salón del banquete. Palabras ardientes procedieron de los movimientos de la mano: "MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN", se escribió con letras de fuego. Fueron pocos los caracteres trazados por aquella mano en la pared frente al rey; pero mostraron la presencia del poder de Dios.
Belsasar se atemorizó. Se despertó su conciencia. Lo embargaron el temor y el recelo que siempre acompañan al culpable. Cuando Dios infunde temor a los hombres, éstos no pueden ocultar la intensidad de su terror. Los grandes hombres del reino quedaron alarmados. Su blasfema profanación de las cosas sagradas se transformó en un momento. Un frenético terror superó a todo dominio propio...
El rey trató en vano de leer las ardientes letras. Se encontraba ante un poder demasiado formidable para él. No podía leer la escritura (YI 19-5-1898).
27.-
Ver EGW com. Prov. 16:2, t. III, p. 1178.
CAPÍTULO 6
5. Un puesto no envidiable.-
El puesto de Daniel no era envidiable. Encabezaba un gabinete fraudulento, prevaricador, impío, cuyos miembros lo vigilaban con ojos atentos y celosos para encontrar alguna falta en su conducta. Mantenían espías para que le siguieran los pasos a fin de ver si así podían hallar algo contra él. Satanás sugirió a esos hombres un plan por el cual podrían eliminar a Daniel. El enemigo dijo: Usen su religión como un medio para condenarlo (YI 1-11-1900).
10. La integridad constante es el único camino seguro.-
Quizá sea difícil que los hombres que ocupan cargos elevados puedan seguir una senda de integridad constante, ya sea que reciban alabanzas o censuras. Sin embargo, ésta es la única conducta segura. Toda la recompensa que puedan ganar al vender su honor, será sólo como el aliento de labios contaminados, como escoria que debe ser consumida en el fuego. Los que tienen valor moral para oponerse a los vicios y errores de sus prójimos -que quizá sean de aquellos a quienes honra el mundo- recibirán odio, insultos e injuriosa falsedad. Quizá sean expulsados de sus altos cargos porque no se dejan comprar ni vender, porque no se dejan influir con sobornos ni amenazas para que manchen sus manos con iniquidades. Todo lo que hay sobre la tierra quizá parezca conspirar contra ellos; pero Dios ha puesto su sello sobre su obra divina. Quizá sean considerados por sus semejantes como débiles, desprovistos de virilidad, incapaces para mantener el cargo. Pero cuán diferente es el concepto que tiene de ellos el Altísimo. Los que los desprecian son los que en realidad son ignorantes. Aunque las tormentas de la calumnia y el oprobio puedan perseguir al íntegro durante toda la vida y puedan estrellarse contra su tumba, Dios tiene preparado para él el "bien hecho". En el mejor de los casos, la necedad y la iniquidad producirán una vida de inquietud y descontento que terminará angustiosamente. Y cuántos, al contemplar su conducta y sus resultados, son inducidos a terminar con sus propias manos su desdichada carrera. Y más allá de todo esto aguarda el juicio y la sentencia final irrevocable: Apartaos (ST 2-2-1882). 1193
CAPÍTULO 7
2-7. La insignia del Mesías es un cordero.-

A Daniel se le dio una visión de bestias feroces que representan los poderes de la tierra. Pero la insignia del reino del Mesías es un cordero. Los reinos terrenales predominan mediante el empleo de la fuerza material, pero Cristo desterrará toda arma carnal, todo instrumento de sujeción. Su reino había de establecerse para elevar y ennoblecer a la humanidad caída (Carta 32, 1899).
10. (Apoc. 20: 12). Un registro infalible.-
Se conserva un registro de todos los pecados cometidos. Toda la impiedad del hombre, toda su desobediencia a las órdenes del cielo se anota en los libros celestiales con infalible exactitud. Las cifras de culpabilidad se acumulan rápidamente, y sin embargo los juicios de Dios son mezclados con misericordia hasta que las cifras hayan llegado a su límite fijado. Dios es muy paciente con las transgresiones de los seres humanos, y mediante sus agentes señalados continúa presentando el mensaje del Evangelio hasta que haya llegado el tiempo fijado. Dios tolera con paciencia divina la perversidad de los impíos, pero declara que visitará sus transgresiones con una vara. Al fin permitirá que los instrumentos destructores de Satanás predominen para destruir (MS 17, 1906).
En los libros del cielo se registran exactamente las mofas y las observaciones triviales de los pecadores, que no prestan atención a las invitaciones de la misericordia cuando Cristo es presentado ante ellos por un siervo de Dios. Así como el artista sobre un vidrio pulido retrata fielmente un rostro humano, así también Dios diariamente coloca sobre los libros del cielo una representación exacta del carácter de cada individuo (MS 105, 1901).
25. (Exo. 31: 13; Eze. 20: 12). Una señal cambiada.-
El Señor ha señalado claramente el camino a la ciudad de Dios; pero el gran apóstata ha cambiado la señal colocando una falsa: un día de reposo espurio. Declara: "Actuaré en contra de Dios. Daré poder a mi delegado, el hombre de pecado, para que derribe el monumento conmemorativo de Dios: el día de reposo del séptimo día. Así mostraré al mundo que el día santificado y bendecido por Dios ha sido cambiado. Ese día no perdurará en la mente de los hombres. Borraré su recuerdo. Colocaré en su lugar un día que no tenga las credenciales del cielo, un día que no pueda ser una señal entre Dios y su pueblo. Haré que la gente que acepta este día le atribuya la santidad que Dios puso sobre el séptimo día. Me ensalzaré por medio de mi representante. Será ensalzado el primer día y el mundo protestante recibirá como genuino este falso día de reposo. Mediante la violación del día de reposo instituido por Dios, haré que se desprecie su ley. Haré que a mi día de reposo se le apliquen las palabras 'señal entre mí y vuestras generaciones'. Así el mundo llegará a ser mío. Seré gobernante de la tierra, príncipe del mundo. Controlaré de tal modo las mentes con mi poder, que el sábado de Dios será objeto de menosprecio. ¿Señal? Haré que la observancia del séptimo día sea una señal de deslealtad a las autoridades de la tierra. Las leyes humanas serán tan restrictivas, que los hombres y las mujeres no se atreverán a observar el día de reposo, el séptimo día. Por temor de que les falten alimentos y vestidos se unirán con el mundo en la transgresión de la ley de Dios, y la tierra estará completamente bajo mi dominio".
El hombre de pecado ha instituido un falso día de reposo, y el llamado mundo cristiano ha adoptado a este hijo del papado, negándose a obedecer a Dios. Así Satanás conduce a hombres y mujeres en una dirección opuesta a la ciudad de refugio. Considerando las multitudes que lo siguen, queda demostrado que Adán y Eva no son los únicos que han aceptado las palabras del astuto enemigo.
El enemigo de todo lo bueno ha cambiado la señal indicadora, para que señale hacia el camino de la desobediencia como si fuera la senda de la felicidad. Ha insultado al Señor negándose a obedecer un "Así dice Jehová". Ha pensado cambiar los tiempos y las leyes (RH 17-4-1900).
CAPÍTULO 9
1.-

Ver EGW com. Jer. 25; 27-29.
2. Dios prepara el camino.-
Mientras que los que habían permanecido fieles a Dios en medio de Babilonia buscaban al Señor y estudiaban las profecías que predecían su liberación, Dios estaba preparando el corazón de los reyes para que simpatizaran con su pueblo arrepentido (RH 21-3-1907).
3-19. Profecía y oración.-
Se nos da el 1194 ejemplo de oración y confesión de Daniel para nuestra instrucción y nuestro ánimo. Israel había estado en cautiverio por casi setenta años. La tierra que Dios había elegido como su posesión había caído en poder de los paganos. La ciudad amada, receptáculo de la luz de] cielo, una vez el gozo de toda la tierra, ahora era despreciada y envilecida. Estaba en ruinas el templo que había albergado el arca del pacto de Dios y a los querubines de gloria que proyectaban su sombra sobre el propiciatorio. El mismo lugar de su ubicación era profanado por los pies de los impíos. Los fieles que conocieron la gloria anterior estaban llenos de angustia ante la desolación de la santa casa que había distinguido a Israel como el pueblo escogido de Dios. Esos hombres habían sido testigos de las condenaciones de Dios debido a los pecados de su pueblo. Habían sido testigos del cumplimiento de esta palabra. También habían sido testigos de las promesas del favor divino si Israel se volvía a Dios y caminaba rectamente delante de él. Peregrinos ancianos y canosos acudían a Jerusalén para orar en medio de sus ruinas. Besaban sus piedras y las humedecían con sus lágrimas mientras oraban al Señor para que tuviera misericordia de Sión y la cubriera con la gloria de su justicia. Daniel sabía que casi había terminado el tiempo para el cautiverio de Israel; pero no creía que porque Dios había prometido liberarlos, ellos no tenían una parte que hacer. Con ayuno y contrición buscó al Señor confesando sus propios pecados y los pecados del pueblo (RH 9-2-1897).
24. Se trae la justicia eterna.-
Mediante sus agentes escogidos, Dios bondadosamente hará conocer sus propósitos. Entonces avanzará la grandiosa obra de la redención. Los hombres sabrán de la reconciliación para la iniquidad y de la justicia eterna que el Mesías trajo por medio de su sacrificio. La cruz del Calvario es el gran centro. Cuando se acepta esta verdad y se obra en consonancia con ella, se hace efectivo el sacrificio de Cristo. Esto es lo que Gabriel reveló a Daniel en respuesta a la ferviente oración. De esto hablaron Moisés y Elías con Cristo durante su transfiguración. Mediante la humillación de la cruz, él habría de proporcionar eterna liberación a todos los que imitaran su conducta dando evidencias positivas de que se han apartado del mundo (Carta 201, 1899).
CAPÍTULO 10
3.-
Ver EGW com. cap. 1: 8.
5-7. Cristo se apareció a Daniel.-
Nada menos que un personaje como el Hijo de Dios se apareció a Daniel. Esta descripción es similar a la que presenta Juan cuando Cristo se le reveló en la isla de Patmos. Ahora viene nuestro Señor con otro mensajero celestial para enseñarle a Daniel lo que sucedería en los últimos días. Este conocimiento le fue dado a Daniel y ha sido registrado por la Inspiración para nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos (RH 8-2-1881).
12-13. Dos consejos opuestos.-
[Se cita Dan. 10: 12-13.] Por esto comprendemos que los instrumentos celestiales tienen que luchar con obstáculos antes de que a su tiempo se cumpla el propósito de Dios. El rey de Persia estaba dominado por el más poderoso de todos los ángeles malos. Como Faraón, rehusaba obedecer la palabra del Señor. Gabriel declaró: Se me opuso durante veintiún días mediante sus acusaciones contra los judíos. Pero Miguel vino en su ayuda, y entonces permaneció con los reyes de Persia, manteniendo dominados los poderes, dando buenos consejos en oposición a los malos consejos. Los ángeles buenos y malos tienen una parte en los planes de Dios para su reino terrenal. El propósito de Dios es llevar adelante su obra dentro de pautas correctas, mediante formas que redunden para su gloria. Pero Satanás siempre procura contrarrestar el propósito de Dios. Los siervos de Dios pueden hacer adelantar su obra sólo si se humillan delante del Señor. Nunca deben depender para el éxito de sus propios esfuerzos ni de una exhibición ostentosa (Carta 201, 1899).
13. Una lucha invisible.-
En la Palabra de Dios tenemos, delante de nosotros, ejemplos de agentes celestiales que influían en la mente de reyes y gobernantes, mientras que al mismo tiempo también los instrumentos satánicos estaban influyendo sobre sus mentes. Ninguna elocuencia humana, mediante opiniones vigorosamente presentadas, puede cambiar la obra de los instrumentos satánicos. Satanás continuamente procura obstruir el camino, de modo que la verdad sea trabada por las ideas humanas; y los que tienen luz y conocimiento están en un peligro mayor, a menos que continuamente se consagren a Dios humillando el yo y comprendiendo el peligro de la hora.1195 Seres celestiales están destinados para responder a las oraciones de los que están trabajando desinteresadamente para promover la causa de Dios. Los ángeles más excelsos de las cortes celestiales están designados para que tengan eficacia las oraciones que ascienden a Dios para el adelanto de la causa del Señor. Cada ángel tiene su puesto particular del deber, del cual no se le permite que se aleje para ir a otro lugar. Si se alejara, los poderes de las tinieblas obtendrían una ventaja...
El conflicto entre el bien y el mal prosigue día tras día. Los que han tenido muchas oportunidades y ventajas, ¿por qué no comprenden la intensidad de esta obra? En cuanto a esto debieran ser inteligentes. Dios es el Gobernante. Mediante su poder supremo reprime y domina a los poderosos de la tierra. Mediante sus agentes lleva a cabo la obra que fue ordenada antes de la fundación del mundo.
Como pueblo no comprendemos como debiéramos el gran conflicto que se libra entre seres invisibles, la lucha entre ángeles leales y desleales. Los malos ángeles continuamente están en acción, preparando su plan de ataque, gobernando como caudillos, reyes y gobernantes a las desleales fuerzas humanas... Exhorto a los ministros de Cristo que destaquen en el entendimiento de todos los que están dentro del alcance de su voz, la verdad del servicio de los ángeles. No os dejéis dominar por especulaciones fantásticas. Nuestra única seguridad es la Palabra escrita. Debemos orar como lo hizo Daniel para que seamos guardados por los seres celestiales. Los ángeles, como espíritus ministradores, son enviados para servir a los que serán los herederos de la salvación. Orad, mis hermanos; orad como nunca habéis orado antes. No estamos preparados para la venida del Señor. Necesitamos hacer una obra consumada para la eternidad (Carta 201, 1899).
CAPÍTULO 12
3. (ver EGW com. Isa. 60: 1). Estrellas y gemas en la corona.-
Viviendo una vida de consagración y abnegación al hacer el bien a otros, podríais haber añadido estrellas y gemas a la corona que llevaréis en el cielo y habríais acumulado tesoros eternos, inmarcesibles (MS 69, 1912).
10. A los impíos les falta entendimiento.-
[Se cita Dan. 12: 10.] Los impíos han escogido a Satanás como su jefe. Bajo su dominio, las maravillosas facultades de la mente se usan para idear instrumentos de destrucción. Dios ha dado a la mente humana gran poder, poder para mostrar que el Creador ha dotado al hombre con habilidad para hacer tina gran obra contra el enemigo de toda justicia, poder para mostrar que se pueden ganar victorias en el conflicto contra el mal. A los que cumplan el propósito de Dios para ellos se dirigirán las palabras: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor". El organismo humano ha sido usado para realizar una obra que es una bendición para la humanidad, y Dios es glorificado.
Pero cuando se entregan en manos del enemigo aquellos a quienes Dios ha confiado capacidades, se convierten en un poder para destruir. Cuando los hombres no hacen de Dios lo primero, lo último y lo mejor en todas las cosas; cuando no se entregan a él para la realización de los propósitos divinos, se presentan a Satanás y usan para su servicio las mentes que, entregadas a Dios, podrían hacer gran bien. Bajo la dirección satánica hacen una mala obra con gran poder y destreza. Dios tenía el propósito de que ellos actuaran en sin plano de acción elevado, que se compenetraran de los pensamientos de Dios, y que así adquirieran una educación que los capacitaría para efectuar las obras de justicia; pero no conocen nada de esa educación. Han quedado en la impotencia. Sus facultades no los conducen correctamente, pues están bajo el dominio del enemigo (Carta 141, 1902).
13. Daniel debe recibir ahora su heredad.-
[Se cita Dan. 12: 9,4, 10, 13.] Ha llegado el tiempo para que Daniel reciba su heredad. Ha llegado el tiempo para que, como nunca antes, se propague por el mundo la luz que le fue dada. Si aquellos por quienes el Señor ha hecho tanto caminaran en la luz, su conocimiento de Cristo y de las profecías concernientes a él aumentaría grandemente a medida que se acercan a la terminación de la historia de esta tierra (MS 176, 1899). 1196

1 comentario:

Unknown dijo...

EL DIOS DEL CIELO PIDE A SU PUEBLO QUE SE ESTUDIE CAPITULO TRAS CAPITULO, Y COMPRENDER CADA TEXTO DE CADA CAPITULO.........FORMA PARTE DE NUESTRO CARCATER PARA PERFECCIONARLO Y ALLI LE FALTA BASTANTE...... PARA PODER COMPRENDER TODO LO REFERENTE A LAS PROFECIAS DE APOCALIPSIS