jueves, 25 de septiembre de 2008

ESDRAS:

CAPÍTULO 3
10-12. Algunos alababan y otros se lamentaban.-
[Se cita Esd. 3: 10, 1 1.] No necesitamos decir que esta alabanza y este agradecimiento eran completamente apropiados. La casa sobre la cual descansaba su vista era lo bastante importante para el Señor como para que él enviara su mensaje vez tras vez con el fin de animar a los edificadores. El Señor da a sus siervos palabras para hablar; y todos debieran haber. . . expresado esta gratitud. . . cuando vieron que se puso el fundamento de la casa.
Pero surgió otra dificultad. Se oyeron lamentos, llantos y exclamaciones de duelo porque exteriormente el templo no era tan glorioso como el primero. Hubo quienes usaron su habilidad de persuasión para comentar la inferioridad del edificio en comparación con el que había construido Salomón. Con la música y el canto, con el regocijo y la alabanza a Dios, se mezclaba un sonido inarmónico, no de gozo, alabanza o agradecimiento, sino de descontento. [Se cita Esd. 3: 12.]
Vieron lo suficiente como para alabar a Dios. Vieron que el Señor los había visitado después de haberlos esparcido por su ingratitud y deslealtad a sus mandamientos. El había influido en el corazón de Ciro a fin de que ayudara a los que fueron nombrados para reedificar la casa de Dios. Pero los que se desanimaron fácilmente no caminaron por fe. Albergaban sentimientos de desánimo que no fueron sabor de vida para buenas obras (MS 116,1897).
CAPÍTULO 7
6-10. Esdras publicó copias de la ley.-
Esdras era de los hijos de Aarón, un sacerdote a quien Dios eligió con el propósito de que fuera un instrumento de bien para Israel, a fin de que el Señor pudiera honrar el sacerdocio, cuya gloria había sido grandemente eclipsada durante el cautiverio. Esdras era un hombre de gran piedad y celo santo; pero también tenía mucho conocimiento y era un hábil escriba en la ley de Moisés. Estas cualidades lo hacían eminente.
Esdras se sintió inspirado por el Espíritu de Dios a escudriñar los libros históricos y poéticos de la Biblia, y de esa manera se familiarizó con el sentido y la comprensión de la ley. Durante el cautiverio, en cierta medida se había perdido el conocimiento de la voluntad de Dios. Esdras reunió todas las copias de la ley que pudo encontrar. Hizo circular copias de ellas entre el pueblo de Dios, y llegó a ser maestro de la ley y de las profecías en las escuelas de los profetas. La Palabra pura enseñada así diligentemente por Esdras, dio un conocimiento que fue invalorable en ese tiempo (Carta 100, 1907).
Dios da otra oportunidad y muestra paciencia.-
El Señor suscitó a Esdras para que fuera su siervo, e influyó en el corazón del rey para que Esdras encontrara gracia delante de él. El rey puso en sus manos abundantes recursos para la reedificación del templo, e hizo posible el retorno de los judíos que durante setenta años habían estado cautivos en Babilonia. Al dar así a su pueblo otra oportunidad para que sirviera a Dios en su propio país, el Señor muestra su paciencia con sus hijos extraviados (Carta 98, 1907).
10.Un ejemplo de conocimiento y práctica.-
¿Permitiremos que el ejemplo de Esdras nos enseñe el uso que debiéramos dar a nuestro conocimiento de las Escrituras? La vida de este siervo de Dios debiera ser para nosotros una inspiración, a fin de que sirvamos al Señor con corazón y mente y vigor. Cada uno de nosotros tiene una obra señalada que hacer, y sólo podemos realizarla mediante esfuerzos consagrados. En primer lugar, debemos dedicarnos a conocer los requerimientos de Dios, y luego practicarlos. Entonces podremos sembrar semillas de verdad que darán frutos para vida eterna (RH 6- 2-1908).
CAPÍTULO 8
22. Esdras estuvo dispuesto a correr el riesgo.-

Esdras y sus compañeros habían resuelto temer y obedecer a Dios y confiar plenamente en él. No entablarían una relación con el mundo a fin de conseguir la ayuda o amistad de los enemigos de Dios. Ya fuera que estuviesen con los muchos o con los pocos, sabían que el éxito sólo podía provenir de Dios. Y no deseaban que su éxito se atribuyera a la riqueza o influencia de los impíos.
Esdras se atrevió a confiar su causa a Dios. Bien sabía que, si fracasaban en su importante obra, sería porque no habían cumplido con los requerimientos de Dios y, por lo tanto, él no podría ayudarlos.
Las Escrituras proporcionan pruebas abundantes de que es más seguro estar unidos con el Señor, y perder el favor y la amistad del mundo, que depender de los favores y del apoyo del mundo y olvidar nuestra dependencia de Dios. Por estar convencidos de esta verdad, los judíos se habían negado a permitir que sus adversarios se unieran con 1153 ellos en la edificación del templo. Veían en las propuestas de esos idólatras un ardid de Satanás para seducir al pueblo de Dios a fin de que se uniera y tuviera camaradería con los enemigos del cielo (RH 8-1-1884).
CAPÍTULO 9
6.Una oración de humillación y contrición.-
Esdras tenía el verdadero espíritu de oración. Presentando su petición ante Dios en favor de Israel, cuando éste había pecado gravemente a pesar de su gran luz y privile-
gios, exclamó: "Confuso y avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti, porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo". Esdras recordó la bondad de Dios al permitir que su pueblo se estableciera otra vez en su tierra natal, y se sentía abrumado por la indignación y el pesar ante la ingratitud con que éste retribuía el favor divino. Su lenguaje expresa verdadera humillación del alma, la contrición que permite comunicarse con Dios en oración. Sólo la oración del humilde llega hasta los oídos del Señor de Sabaot (ST 19-2- 1885).

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