viernes, 26 de septiembre de 2008

2 DE TIMOTEO:

2 TIMOTEO
CAPÍTULO 1
1-2 (cap. 4: 6-9). Segunda carta de Pablo a Timoteo.
Esta carta fue escrita a Timoteo, el primer obispo de la iglesia de Efeso, después de que Pablo compareció ante Nerón por segunda vez para que diera testimonio con su vida de la fe que profesaba. Al registrar este relato de las pruebas que pasó entre hombres que se habían apartado de la fe, Pablo habla palabras que debieran reanimar nuestro corazón cuando pasemos por el mismo terreno (RH 18-7- 1907).
Afecto entre Pablo y Timoteo.
El discurso del apóstol le había ganado muchos amigos, y era visitado por personas de jerarquía que consideraban la bendición de él de mayor valor que la protección del emperador del mundo; pero había un amigo cuya simpatía y compañía él anhelaba en esos últimos días de prueba. Ese amigo era Timoteo, a quien había encargado el cuidado de la iglesia de Efeso y que, por lo tanto, había quedado 929 lejos cuando Pablo hizo su último viaje a Roma.
El afecto entre Pablo y Timoteo comenzó cuando éste se convirtió, y ese vínculo se había fortalecido mientras compartían las esperanzas, los peligros y los afanes de la vida misionera, hasta que parecía que eran una sola persona. La diferencia de edades y la disparidad de caracteres hicieron que su amor mutuo fuera más intenso. El espíritu ardiente, entusiasta, indomable de Pablo, encontraba reposo y consuelo en la disposición suave, complaciente y discreta de Timoteo. El fiel ministerio y tierno amor de este leal compañero habían iluminado muchas horas oscuras de la vida del apóstol. Todo lo que Melanchton fue para Lutero, todo lo que un hijo podría ser para un amado y reverenciado padre, lo fue el joven Timoteo para el probado y solitario Pablo (YI 10-7-1902).
9.
Ver EGW com. Luc. 17: 10; Efe. 2: 8-9.
10.
Ver EGW com. com. Heb. 2: 14.
12. Una sana experiencia religiosa.
"Yo sé a quién he creído". Él [Pablo] no vive bajo una nube de dudas, andando a tientas en la neblina y oscuridad de la incertidumbre, quejándose de penalidades y pruebas. Una voz de alegría, llena de esperanza y valor, resuena a todo lo largo del recorrido hasta nuestro tiempo. Pablo tenía una sana experiencia religiosa. El amor de Cristo era su grandioso tema y el poder que lo constreñía y gobernaba (RH 8-9-1885).
CAPÍTULO 2
1-3, 7, 15.
Ver EGW com. 1 Tim. 4: 13-16.
1-4.
Ver EGW com. cap. 4: 1-7.
14. Disputas con un propósito.
[Se cita 2 Tim. 2: 11-14.] ¿Qué significa eso? Significa que podría haber disputas acerca de palabras y de ideas; pero que deberían servir a algún propósito, deberían ser para quebrantar la obstinación y la oposición que hay en los corazones humanos, para que sus espíritus pudieran ser atemperados y subyugados de modo que cuando las semillas de la verdad fueran puestas en el terreno del corazón pudieran arraigarse allí (MS 13, 1888).
14-16 (vers. 23-26; cap. 4: 1-5; Col. 2: 8; ver EGW com. Apoc. 14: 1-4; 18: 1). Cese toda vana especulación.
[Se cita 2 Tim. 2: 14.] Esta es una admonición apropiada para este tiempo. Después viene un encargo que con frecuencia necesitará ser dado: "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad". Aprended a aceptar las verdades que han sido reveladas y a manejarlas en tal forma que sean alimento para la grey de Dios.
Nos encontramos con los que permiten que su mente divague en vanas especulaciones en cuanto a cosas de las cuales nada se dice en la Palabra de Dios. Dios ha hablado en el lenguaje más claro posible sobre cada tema que afecta la salvación del alma; pero desea que evitemos todas las vanas quimeras, y dice: Ve hoy a trabajar en mi viña. La noche viene cuando nadie puede trabajar. Abandona toda inútil curiosidad; vela, trabaja y ora. Estudia las verdades que han sido reveladas. Cristo desea destruir todas las fantasías inútiles, y nos señala los campos maduros para la siega. A menos que trabajemos fervientemente, la eternidad nos abrumará con su carga de responsabilidad (RH 5-2-1901).
16-18 (Col. 2: 8). Aferrándose a las sombras.
Se nos promete en las Escrituras que si caminamos humildemente delante de Dios, recibiremos instrucción. Pero se nos amonesta contra una curiosidad indebida. "Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad', lo cual conducirá a senderos de suposiciones e imaginaciones sin objeto alguno. Se trata de teorías vanas e insustanciales de creación humana, que mantienen la mente vanamente ocupada. No hay en ellas nada seguro o sustancial. De los que proponen esas teorías, dice Pablo: "Su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos".
En los días de los apóstoles fueron presentadas como verdad las más necias herejías. La historia se ha repetido y se volverá a repetir. Siempre habrá aquellos que aunque evidentemente son estrictos se aferrarán a las sombras antes que a la sustancia. Admiten el error en lugar de la verdad, porque el error está revestido con una nueva vestidura que ellos creen que cubre algo maravilloso; pero quítese la cobertura y no aparecerá nada (RH 5-2-1901).
20 (Mat. 13: 47-48). Tanto buenos como malos en la iglesia.
[Se cita 2 Tim. 2: 19-20.] La "casa grande" representa a la iglesia. En la iglesia se encontrará tanto lo vil como lo 930 precioso. La red que se echa en el mar recoge tanto buenos como malos (RH 5-2-190l).
21. Se necesitan vasos vacíos.
¿Qué clase de vasos se necesitan para el uso del Maestro? Vasos vacíos. Cuando vaciamos el alma de toda contaminación estamos listos para el uso (RH 28-2-1899).
La purificación, una obra individual.
"Si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra". No debe aceptar teorías que si se acogen tendrán un efecto corruptor. Debe purificarse de todo concepto indebido que, si es albergado, lo apartaría de la segura Palabra de Dios hacia las invenciones humanas, degradación y corrupción. Debe resistir la obra que hace el enemigo mediante instrumentos de deshonra. Escudriñando las Escrituras con mucha oración, encontrará una senda para seguir, no una senda humana sino la que conduce al cielo.
La obra de purificación es una obra individual. Nadie puede hacer esta obra por otro. "Si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor". El Espíritu de Dios trabajará por medio de instrumentos humanos santificados, a los que guiará para que procedan correctamente. Se proporcionarán capacidad y gracia. Los hombres estarán henchidos de un ferviente deseo de predicar las verdades del Evangelio, firme, decididamente y en una forma clara (RH 5-2-1901).
23-26 (vers. 14-18; cap. 4: 1-5; Col. 2: 8; Apoc. 7: 3-4; ver EGW com. Apoc. 3: 1-3; 14: 1-4).No hay lugar para la indebida curiosidad.
Hay algunas cosas de las que debemos precavernos. Llegarán cartas que contienen preguntas en cuanto al sellamiento del pueblo de Dios, quiénes serán sellados, cuántos, y otras preguntas movidas por la curiosidad. Creo que debemos decirles que lean las cosas que están plenamente reveladas y hablen de ellas. En la Palabra de Dios se nos estimula al asegurarnos que si caminamos humildemente con Dios, recibiremos instrucción. Pero no debe fomentarse una curiosidad indebida.
Podríamos remitir al capítulo dos de 2 Timoteo a los que están deseosos de originar alguna cosa nueva y extraña que es producto de la imaginación humana, y está tan por debajo de los grandes y nobles conceptos de las Sagradas Escrituras como está lo común por debajo de lo sagrado. Podríamos responder a preguntas necias, diciendo: Espere, y entonces todos sabremos qué es esencial que sepamos. Nuestra salvación no depende de asuntos secundarios (Carta 58, 1900).
CAPÍTULO 3
14-15 (Hech. 16: 1-3). La preparación de la niñez de Timoteo.
La madre y la abuela de Timoteo unieron sus esfuerzos para prepararlo para Dios. ¿Cuál fue su libro de texto? La Biblia. Pablo, su padre en el Evangelio, declara: "Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras". La fe que la madre y la abuela tenían en los oráculos de Dios fue una ilustración constante para Timoteo de la bendición de hacer la voluntad de Dios.
Cuando Timoteo era poco más que un muchacho, Pablo lo llevó consigo como su compañero de labores. Las que habían enseñado a Timoteo en su niñez disfrutaron de la recompensa de ver al hijo de sus cuidados vinculado en estrecho compañerismo con el gran apóstol (MS 117a, 1901).
(1 Tim. 4: 12.) Influencia y piedad de Timoteo.
Pablo amaba a Timoteo porque Timoteo amaba a Dios. Su inteligente conocimiento de la piedad experimental y de la verdad, le daban distinción e influencia. La piedad e influencia de su vida hogareña no eran de baja calidad, sino puras, sensatas e incontaminadas por falsos conceptos. La influencia moral de su hogar era sólida, no caprichosa, ni impulsiva, ni variable. La Palabra de Dios era la regla que guiaba a Timoteo. Recibió su instrucción renglón tras renglón, mandamiento tras mandamiento, un poquito allí, otro poquito allá. Delante de su mente se mantuvieron siempre impresiones del orden más elevado posible. Las que lo instruyeron en su hogar cooperaron con Dios en educar a ese joven para que llevara las responsabilidades que habrían de recaer sobre él en una temprana edad. . .
Apreciamos la ventaja que tuvo Timoteo debido a un correcto ejemplo de piedad y verdadera santidad. La religión era la atmósfera de su hogar. El evidente poder espiritual de la piedad hogareña lo conservó puro en su habla y lo libró de todo concepto corruptor. Timoteo había conocido las Sagradas Escrituras desde la niñez; había recibido el beneficio de las Escrituras del Antiguo Testamento y de los manuscritos de parte del Nuevo, las enseñanzas y lecciones 931 de Cristo (Carta 33, 1897).
16 (1 Tim. 3: 16; 2 Ped. 1: 21; ver EGW com. Juan 17: 17). Más allá de la comprensión limitada.
Quizá haya algunos que piensen que con su juicio limitado son completamente capaces de tomar la Palabra de Dios y afirmar cuáles son las palabras inspiradas y cuáles no lo son. Mis hermanos en el ministerio, quiero amonestaros para que salgáis de ese terreno. "Quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es". No hay ningún hombre finito que viva ahora -no me importa quién es o qué puesto ocupe-, al que Dios haya autorizado a entresacar y escoger en su Palabra.
Es cierto que el apóstol ha dicho que hay algunas cosas que son difíciles de entender en las Escrituras; sí, las hay. Y si no fuera porque hay temas que son difíciles y complejos para entender, bien podría el escéptico que ahora argumenta que Dios ha dado una revelación que no puede ser entendida -bien podría él, digo yo-, tener algo más que argumentar. La infinitud de Dios es tanto más alta de lo que nosotros somos, que es imposible que el hombre comprenda el misterio de la piedad.
Los ángeles de Dios contemplaron con asombro a Cristo, quien tomó la forma de hombre y humildemente unió su divinidad con la humanidad para poder ministrar a los hombres caídos. Esto asombra a los ángeles celestiales. Dios nos ha dicho que él lo hizo, y debemos aceptar la Palabra de Dios al pie de la letra.
Y aunque intentemos razonar en cuanto a nuestro Creador, desde cuándo ha existido, dónde entró primero el mal en nuestro mundo, y todas esas cosas, podríamos razonar sobre ellas hasta caer desfallecidos y exhaustos con nuestra investigación, y aún habrá más allá un infinito. No podemos abarcar tales temas. Por lo tanto, ¿qué hombre hay que se atreva a tomar la Biblia y decir que esta parte es inspirada y aquella otra no lo es? Preferiría que me arrancaran ambos brazos antes de que jamás hiciera una declaración o impusiera mi juicio sobre la Palabra de Dios en cuanto a qué es inspirado y qué no lo es.
¿Cómo sabría el hombre limitado cosa alguna en cuanto a este asunto? Debe tomar la Palabra de Dios al pie de la letra, luego apreciarla tal como es, incorporarla en la vida y entretejerla en el carácter. En la Palabra de Dios está plenamente revelado todo lo que concierne a la salvación de los hombres, y si tomamos esa Palabra y la comprendemos en la mejor forma en que nos es posible, Dios nos ayudará en su comprensión.
Las mentes humanas sin la ayuda especial del Espíritu de Dios considerarán que muchas cosas de la Biblia son muy difíciles de comprender, porque les falta esclarecimiento divino. Los hombres no deben ocuparse de la Palabra de Dios ensalzando su propia manera de obrar, o su propia voluntad, o sus propias ideas, sino deben ocuparse de ella con un espíritu dócil, humilde y santo.
Nunca tratéis de escudriñar las Escrituras a menos que estéis listos a escuchar, a menos que estéis dispuestos a aprender, a menos que queráis escuchar la Palabra de Dios como si la voz divina os estuviera hablando directamente desde los oráculos vivientes. Nunca permitáis que un hombre mortal juzgue la Palabra de Dios o dictamine cuánto de ella es inspirado y cuánto no es inspirado, o que esta porción es más inspirada que algunas otras porciones. Dios le amonesta que se retire de ese terreno. Dios no le ha dado una obra tal para hacer (MS 13, 1888).
(Exo. 3: 5.) La Palabra de Dios no debe ser disecada.
Se necesita toda la eternidad para desplegar las glorias y extraer los preciosos tesoros de la Palabra de Dios. No permitáis que hombre alguno venga a vosotros y comience a disecar la Palabra de Dios diciendo qué es revelación, qué es inspiración, y qué no lo es, sin que lo reprendáis. Decid a todos esos sencillamente que no saben, que no son capaces de comprender las cosas del misterio de Dios. Lo que deseamos es inspirar fe. No deseamos que nadie diga: "Esto quiero rechazar y esto quiero recibir", sino queremos tener fe implícita en la Biblia en conjunto y tal como es.
Os exhortamos a que toméis vuestra Biblia, pero no pongáis una mano sacrílega sobre ella, y digáis: "Esto no es inspirado" sencillamente porque algún otro lo ha dicho. Ni una jota ni una tilde jamás debe ser sacada de la Palabra. ¡No lo hagáis, hermanos! No toquéis el arca. No pongáis vuestra mano sobre ella, sino que Dios la mueva. Él puede hacerlo, y procederá de tal manera que logrará nuestra salvación. Queremos que Dios tenga libertad de acción. No queremos que lo traben las ideas del hombre.
Conozco algo de la gloria de la vida futura. 932
Una vez una hermana me escribió para preguntarme si no podía contarle algo acerca de la ciudad de nuestro Dios, además de lo que tenemos en la Palabra. Me preguntó si no podía describirle algo de sus diseños. Le escribí que tendría que decirle: "Quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es". No -le dije-, usted no puede pintar, usted no puede describir, y [ni aun] la lengua del mártir puede comenzar a presentar descripción alguna de la gloria de la vida futura; pero le voy a decir lo que usted puede hacer: puede proseguir 'a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús'. Puede morir al yo; puede procurar crecer hacia la perfección del carácter cristiano en Cristo Jesús". Esa es nuestra obra; pero cuando los hombres comienzan a entremeterse con la Palabra de Dios, quiero decirles que no continúen porque no saben lo que están haciendo (MS 13, 1888).
CAPÍTULO 4
1-5 (cap. 2: 14-18, 23-26; Rom. 1: 25; Col. 2: 8). Convirtiendo la verdad en mentira.
Nadie debe distorsionar la verdad mediante suposiciones baladíes, dando una interpretación oscura y forzada a la Palabra. De esa manera corren el peligro de convertir la verdad de Dios en mentira. Hay quienes necesitan en su corazón el toque del Espíritu divino. Entonces se preocuparán por el mensaje para este tiempo. No irán en busca de pruebas humanas, detrás de algo nuevo y extraño. El día de reposo del cuarto mandamiento es la prueba para ese tiempo. . .
Hay entre los jóvenes un ardiente deseo de ocuparse de algo nuevo, aunque sea de una calidad muy baja. El Señor no quiere que la mente se ocupe de naderías que no aprovechan, buscando lo que nunca encontrará. Desea que busquemos un alma pura y limpia, lavada y emblanquecida en la sangre del Cordero. El manto blanco de la justicia de Cristo es lo que permite que el pecador llegue a la presencia de los ángeles celestiales. No es el color de su cabello, sino su perfecta obediencia a todos los mandamientos de Dios lo que le abre los portales de la santa ciudad (Carta 207, 1899).
1-7 (cap. 2: 1-4). Fidelidad en el ministerio.
Pablo casi ha terminado su carrera, y desea que Timoteo ocupe su lugar, protegiendo a las iglesias de las fábulas y herejías con las cuales Satanás y sus instrumentos se esforzarían por apartarlas de la verdad. Pablo lo exhorta a que se aparte de los asuntos de este mundo y de complicaciones que le impedirían entregarse plenamente a la obra de Dios. Debe sufrir con alegría la oposición, los reproches y las persecuciones a las que lo expondrán su fidelidad. Debe ser plenamente leal a su ministerio, utilizando cada medio de hacer el bien a sus prójimos (YI 10-7-1902).
3-4.
Ver EGW com. Hech. 20: 30; Col. 2: 8; 1 Juan 4: 1.
6-9.
Ver EGW com. cap. 1: 1-2.
7-8.
Ver EGW com. Apoc. 14: 13.
13-14 (Hech. 19: 33). Alejandro efectúa el arresto final de Pablo.
Pablo fue apresado otra vez en la casa de un discípulo de la ciudad de Troas, y desde ese lugar fue conducido rápidamente a su encarcelamiento final.
El arresto fue posible debido a los esfuerzos de Alejandro el calderero ["herrero", BJ, NC], quien se opuso muy infructuosamente a la obra del apóstol en Efeso y ahora aprovechó la oportunidad de vengarse de aquel a quien no había podido derrotar (LP 305).
13, 16-21. Pablo hace frente a la muerte con valor.
Pablo concluye su carta con varios mensajes personales, y vez tras vez repite el pedido urgente de que Timoteo vaya a visitarlo pronto, si es posible antes del invierno. Describe su soledad debido a la deserción de algunos amigos y la ausencia inevitable de otros, y para que Timoteo no vacile temiendo que la iglesia de Efeso necesitaba su ministerio, declara que ya ha enviado a Tíquico para que ocupe el lugar de Timoteo durante su ausencia. Y después añade este pedido conmovedor: "Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos".
Durante su segundo arresto Pablo fue apresado y llevado tan rápidamente, que no tuvo oportunidad de recoger sus pocos "libros" y "pergaminos", y ni siquiera de llevar su capote. Y ahora se avecinaba el invierno y sabía que sufriría de frío en su húmeda celda de la prisión. No tenía dinero para comprar otra vestidura, sabía que su fin podría llegar en cualquier momento, y con su acostumbrada abnegación y su temor de ser carga para la iglesia, deseaba que no se hiciera ningún gasto debido a él (LP 327).
16-17. Pablo y Nerón frente a frente.
¡Pablo y Nerón frente a frente! El rostro del emperador mostraba el vergonzoso registro 933 de las pasiones que rugían por dentro; el rostro del preso narraba el relato de un corazón en paz con Dios y el hombre. Ese día contrastó el resultado de sistemas opuestos de educación: una vida de desenfrenada complacencia propia, y otra vida de completo sacrificio. Allí estaban los representantes de dos conceptos de vida: un egoísmo supremo, que no considera nada como demasiado valioso para no ser sacrificado ante la complacencia transitoria, y la paciencia abnegada, lista para entregar aun la vida misma, si es necesario, para el bien de otros (YI 3-7-1902).