CAPÍTULO 1
9:11.
Ver EGW com. Mat. 3: 13-17.
10-13.
Ver EGW com. Mat. 4: 1 - 1 1.
CAPÍTULO 2
14-15.
Ver EGW com. Luc. 5: 29.
17.
Ver EGW com. Mat. 9: 12-13.
22.
Ver EGW com. Mat. 9: 17.
CAPÍTULO 3
1-3.
Ver EGW com. Luc. 1: 76 - 77.
22.
Ver EGW com. Mat. 12: 24-32.
28-29.
Ver EGW com. Mat. 12: 31-32.
CAPÍTULO 4
30 (Luc. 13: 18).Diferente a los gobiernos terrenales.-
El gobierno del reino de Cristo no se parece a ningún gobierno terrenal. Es un modelo de los caracteres de quienes componen el reino. "¿A qué es semejante el reino de Dios, y con qué lo compararé?", preguntó Cristo. No podía encontrar nada en la tierra que le sirviera como una comparación perfecta. En su tribunal preside un amor santo, y cuyos oficios y obligaciones reciben la gracia por el ejercicio de la caridad. Dios ordena a sus siervos que practiquen la piedad y la benevolencia -los mismos atributos de Dios en el desempeño de sus funciones, y que encuentren su alegría y satisfacción en reflejar el amor y la tierna compasión de la naturaleza divina con todos los que se relacionan (RH 19-3-1908).
CAPÍTULO 6
26.
Ver EGW com. Mat. 14: 9.
CAPÍTULO 8
34.
Ver EGW com. Mat. 16: 24; Luc. 9: 23.
CAPÍTULO 9
2-4.
Ver EGW com. Mat. 17: 1-3.
CAPÍTULO 10
13-16.
Ver EGW com. Mat. 19: 13-15.
45.
Ver EGW com. Mat. 9: 12-13.
46-52 (Mat. 20: 30- 34; Luc. 18: 35 - 43). Algunos que tienen ojos nada ven.-
El corazón del pecador va tras de Aquel que puede ayudarle sólo cuando siente necesidad del Salvador. Cuando Jesús anduvo entre los hombres, los enfermos eran los que necesitaban un médico. Los pobres, los afligidos y los angustiados lo seguían para recibir la ayuda y el consuelo que no podían encontrar en otra parte. El ciego Bartimeo está esperando a la orilla del camino; ha esperado mucho para encontrarse con Cristo. Multitudes de personas que ven van de aquí para allá, pero no desean ver a Jesús. Una mirada de fe tocaría el corazón de amor de Cristo y les traería las bendiciones de su gracia, pero no conocen la enfermedad y pobreza de su alma y no sienten necesidad de Cristo. No sucede así con el pobre ciego. Su única esperanza está en Jesús. Mientras espera y vigila, oye los pasos de muchos pies, y pregunta con avidez: ¿Qué significa este ruido de pisadas? Los circunstantes le contestaron "que pasaba Jesús nazareno" . Con el fervor de un intenso deseo, clama: "¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!" Tratan de hacerlo callar, pero clama con más vehemencia: "¡Hijo de David, ten misericordia de mí!" Este pedido es escuchado. Su fe perseverante es recompensada. No sólo se le restaura la vista física, sino que son abiertos los ojos de su entendimiento; y ve en Cristo a su redentor y el Sol de justicia brilla en su alma. Todos los que sienten necesidad de Cristo como la sintió el ciego Bartimeo, y tengan tanto fervor y tanta determinación como él tuvo, recibirán como él la bendición que anhelan.
Los afligidos, los dolientes que buscan a Cristo como su ayudador, quedaban encantados con la perfección divina, con la belleza de la santidad que resplandecían en su carácter. Pero los fariseos no lo deseaban porque no podían ver su belleza. Su vestido sencillo y su vida humilde, desprovista de ostentación externa, hacían que fuera para ellos como raíz de tierra seca (RH 15-3-1887). 1087
CAPÍTULO 11
12-14.
Ver EGW com. Mat. 21: 18-20.
CAPÍTULO 12
30 (Ecl. 9: 10; Luc. 10: 27); Rom. 12: 11; Col. 3: 23). El servicio de cada facultad.-
Las facultades físicas deben ponerse al servicio del amor de Dios. El Señor pide la fuerza física, y podéis revelar vuestro amor por él mediante el uso correcto de vuestras facultades físicas, haciendo precisamente la obra que necesita ser hecha. Dios no hace acepción de personas. . .
Hay ciencia en la más humilde clase de trabajo, y si todos lo consideraran así, verían nobleza en el trabajo. El corazón y el alma deben ponerse en la obra de cualquier clase que sea; entonces hay alegría y eficiencia. En las ocupaciones mecánicas y agrícolas los hombres pueden demostrar a Dios que aprecian sus dádivas de las facultades físicas y de las mentales. Usese la capacidad educada para idear mejores métodos de trabajo. Esto es precisamente lo que quiere el Señor. Es honrosa cualquier clase de trabajo que es necesario hacer. Conviértase la ley de Dios en la norma de acción, y ennoblecerá y santificará toda labor. La fidelidad en la ejecución de cada deber ennoblece el trabajo y revela un carácter que Dios puede aprobar.
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas". Dios desea el amor que se expresa en un servicio cordial, en un servicio del alma, en el servicio de las facultades físicas. No debemos hacernos pequeños en cualquier clase de servicio para Dios. Cualquier cosa que él nos haya prestado debe usarse inteligentemente para él. El que ejercita sus facultades seguramente las vigorizará; pero debe procurar hacer lo más que puede. Se necesita inteligencia y una habilidad educada para idear los mejores métodos de agricultura, en construcciones y en cualquier otro ramo para que el obrero no trabaje en vano. . .
El deber de cada obrero es dar no sólo su vigor sino su mente e intelecto en todo lo que emprende. . . Podéis elegir ser rutinarios en una conducta equivocada por no estar dispuestos a ocuparos de vosotros mismos para reformaros, o podéis cultivar vuestras facultades para que rindan el mejor servicio posible, y entonces seréis solicitados en cualquier parte y en todas partes. Seréis apreciados por todo lo que valéis. "Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas". "No perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor" (MS 8, 1894).
30-31.
Ver EGW com. Mat. 22: 37-39.
37.
Ver EGW com. Luc. 4: 18-19.
CAPÍTULO 13
21-22.
Ver EGW com. Mat. 24: 23-24.
34.
Ver EGW com. Juan 17: 20-21.
CAPÍTULO 14
1.
Ver EGW com. Mat. 26: 2.
3-9.
Ver EGW com. Mat. 26: 6 - 13; Juan 12: 3.
10-11.
Ver EGW com. Mat. 26: 14 - 16; Luc. 22: 3 - 5.
27-31.
Ver EGW com. Mat. 26: 31-35.
29-31.
Ver EGW com. Luc. 22: 31-34.
32-42.
Ver EGW com. Mat. 26: 36-46.
36.
Ver EGW com. Mat. 26: 42; Luc. 22: 42. Rom. 8: 11.
40.
Ver EGW com. Mat. 26: 43.
53.
Ver EGW com. Mat. 26: 3.
61-62.
Ver EGW com. Mat. 26: 63 - 64, Luc. 22: 70.
63.
Ver EGW com. Mat. 26: 65.
CAPÍTULO 15
6-15.
Ver EGW com. Mat. 27: 15 - 26.
12-14.
Ver EGW com. Mat. 27: 22 - 23.
14-15.
Ver EGW com. Mat. 27: 25-26.
21.
Ver EGW com. Mat. 27: 32.
26.
Ver EGW com. Mat. 27: 37.
27.
Ver EGW com. Mat. 27: 38.
31.
Ver E(;W com. Luc. 24: 13-15.
33.
Ver EGW com. Mat. 27: 45.
33-34, 39.
Ver EGW com. Mat. 27: 45-46.
37.
Ver EGW com. Mat. 27: 50; Juan 19: 30.
38.
Ver EGW com. Mat 27: 5 1; Juan 19: 30.
39.
Ver EGW com. Mat. 27: 54.
CAPÍTULO 16
1-2 (Mat. 28: 1; Luc. 24: 1; Rom. 6: 3 - 5; 1 Cor. 11: 26). La resurrección no convirtió en sagrado el primer día.-
Cristo reposó en la tumba el día sábado, y cuando los seres santos, tanto de la tierra como del cielo, estaban en actividad en la mañana del primer día de la semana, salió de la tumba para renovar la obra de enseñar a sus discípulos. Pero este 1088 hecho no convierte en sagrado el primer día de la semana ni lo hace un día de reposo. Jesús estableció antes de su muerte un recordativo del quebrantamiento de su cuerpo y del derramamiento de su sangre por los pecados del mundo, en el rito de la Cena del Señor, cuando dijo: "Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebierais esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga". * Y el creyente arrepentido, que sigue los pasos que exige la conversión, conmemora en su bautismo la muerte, la sepultura y la resurrección de Cristo. Desciende bajo el agua a la semejanza de la muerte y entierro de Cristo, y sale del agua a semejanza de su resurrección, no para vivir otra vez la antigua vida de pecado, sino para vivir una vida nueva en Cristo Jesús (3SP 204).
6 (Juan 1: 1 - 3, 14; Fil. 2: 5 - 8; Col. 2: 9; Heb. 1: 6, 8; 2: 14 - 17; 4: 15). La Deidad no murió.-
La naturaleza humana del Hijo de María, ¿fue cambiada en la naturaleza divina del Hijo de Dios? No. Las dos naturalezas se mezclaron misteriosamente en una sola persona: el hombre Cristo Jesús. En él moraba toda la plenitud de la Deidad corporalmente. Cuando Cristo fue crucificado, su naturaleza humana fue la que murió. La Deidad no disminuyó y murió; esto habría sido imposible. Cristo, el inmaculado, salvará a cada hijo e hija de Adán que acepte la salvación que se le ofrece, que consienta en convertirse en hijo o hija de Dios. El Salvador ha comprado a la raza caída con su propia sangre.
Este es un gran misterio, un misterio que no será comprendido plena y completamente, en toda su grandeza, hasta que los redimidos sean trasladados. Entonces se comprenderán el poder, la grandeza y la eficacia de la dádiva de Dios para el hombre. Pero el enemigo ha decidido que esta dádiva sea oscurecida hasta el punto de que quede reducida a nada (Carta 280, 1904).
(Mat. 28: 5 - 6; Luc. 24: 5 - 6; Juan 2: 19; 10: 17 - 18; Hech. 13: 32 - 33.)-
Cuando se oyó la voz del ángel que decía: "Tu Padre te llama", Aquel que había dicho: "Yo pongo mi vida, para volverla a tomar"... "Destruid este templo, y en tres días lo levantaré", salió de la tumba a la vida que estaba en sí mismo. La Deidad no murió. La humanidad murió; pero Cristo ahora proclama sobre el sepulcro abierto de José: "Yo soy la resurrección y la vida". Por su divinidad Cristo tenía poder para romper las ataduras de la muerte. Declara que tenía vida en sí mismo para dar vida a quienes le plazca.
"Yo soy la resurrección y la vida". Sólo la Deidad puede usar este lenguaje. Todas las cosas creadas viven por la voluntad y el poder de Dios. Son recipientes que dependen de la vida del Hijo de Dios. No importa cuán capaces y talentosos sean, no importa cuán grandes sean sus aptitudes, reciben nuevamente la vida de la Fuente de toda vida. Sólo Aquel que es el único que tiene inmortalidad, que mora en luz y vida, podía decir: "Tengo poder para ponerla [su vida], y tengo poder para volverla a tomar". Todos los seres humanos de nuestro mundo toman de él su vida. El es el origen, la fuente de vida (MS 131, 1897).
"Yo soy la resurrección y la vida". El que había dicho: "Pongo mi vida, para volverla a tomar" salió de la tumba a la vida que estaba en él mismo. La humanidad murió: la divinidad no murió. Por su divinidad Cristo tenía poder para romper las ataduras de la muerte, El declara que tiene vida en sí mismo para dar vida a quienes le plazca.
Todos los seres creados viven por la voluntad y el poder de Dios. Son recipientes de la vida del Hijo de Dios. No importa cuán capaces y talentosos sean, no importa cuán grandes sean sus aptitudes, reciben nuevamente la vida de la Fuente de toda vida. El es el origen, la fuente de vida. Sólo Aquel que es el único que tiene inmortalidad, que mora en luz y vida, podía decir: "Tengo poder para ponerla [su vida], y tengo poder para volverla a tomar..
Cristo fue investido con el derecho de dar inmortalidad. La vida que había entregado en su humanidad, la tomó otra vez y la dio a la humanidad. "Yo he venido -dice él para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (YI 4-8-1898).
Sólo el Padre podía libertar a Cristo.-
Aquel que murió por los pecados del mundo tenía que permanecer en la tumba el tiempo determinado. Estuvo en esa prisión de piedra como preso de la justicia divina. Era responsable ante el juez del universo. Llevaba los pecados del mundo, y sólo su Padre podía libertarlo. Una fuerte guardia de poderosos ángeles velaba sobre la tumba, y si una mano 1089 se hubiese levantado para retirar el cuerpo, la fulguración que emanaba de la gloria de los ángeles hubiera derribado impotente en tierra al atrevido.
Sólo había una entrada a la tumba, y ni la fuerza humana ni ningún engañador podía atreverse a tocar la piedra que guardaba la entrada. Allí descansó Jesús durante el sábado. Pero la profecía había dicho que al tercer día Cristo se levantaría de entre los muertos. Cristo mismo había asegurado esto a sus discípulos: "Destruid este templo -dijo-, y en tres días lo levantaré". Cristo no cometió pecado ni se halló engaño en su boca, Su cuerpo saldría de la tumba sin mancha de corrupción (MS 94, 1897).
9:11.
Ver EGW com. Mat. 3: 13-17.
10-13.
Ver EGW com. Mat. 4: 1 - 1 1.
CAPÍTULO 2
14-15.
Ver EGW com. Luc. 5: 29.
17.
Ver EGW com. Mat. 9: 12-13.
22.
Ver EGW com. Mat. 9: 17.
CAPÍTULO 3
1-3.
Ver EGW com. Luc. 1: 76 - 77.
22.
Ver EGW com. Mat. 12: 24-32.
28-29.
Ver EGW com. Mat. 12: 31-32.
CAPÍTULO 4
30 (Luc. 13: 18).Diferente a los gobiernos terrenales.-
El gobierno del reino de Cristo no se parece a ningún gobierno terrenal. Es un modelo de los caracteres de quienes componen el reino. "¿A qué es semejante el reino de Dios, y con qué lo compararé?", preguntó Cristo. No podía encontrar nada en la tierra que le sirviera como una comparación perfecta. En su tribunal preside un amor santo, y cuyos oficios y obligaciones reciben la gracia por el ejercicio de la caridad. Dios ordena a sus siervos que practiquen la piedad y la benevolencia -los mismos atributos de Dios en el desempeño de sus funciones, y que encuentren su alegría y satisfacción en reflejar el amor y la tierna compasión de la naturaleza divina con todos los que se relacionan (RH 19-3-1908).
CAPÍTULO 6
26.
Ver EGW com. Mat. 14: 9.
CAPÍTULO 8
34.
Ver EGW com. Mat. 16: 24; Luc. 9: 23.
CAPÍTULO 9
2-4.
Ver EGW com. Mat. 17: 1-3.
CAPÍTULO 10
13-16.
Ver EGW com. Mat. 19: 13-15.
45.
Ver EGW com. Mat. 9: 12-13.
46-52 (Mat. 20: 30- 34; Luc. 18: 35 - 43). Algunos que tienen ojos nada ven.-
El corazón del pecador va tras de Aquel que puede ayudarle sólo cuando siente necesidad del Salvador. Cuando Jesús anduvo entre los hombres, los enfermos eran los que necesitaban un médico. Los pobres, los afligidos y los angustiados lo seguían para recibir la ayuda y el consuelo que no podían encontrar en otra parte. El ciego Bartimeo está esperando a la orilla del camino; ha esperado mucho para encontrarse con Cristo. Multitudes de personas que ven van de aquí para allá, pero no desean ver a Jesús. Una mirada de fe tocaría el corazón de amor de Cristo y les traería las bendiciones de su gracia, pero no conocen la enfermedad y pobreza de su alma y no sienten necesidad de Cristo. No sucede así con el pobre ciego. Su única esperanza está en Jesús. Mientras espera y vigila, oye los pasos de muchos pies, y pregunta con avidez: ¿Qué significa este ruido de pisadas? Los circunstantes le contestaron "que pasaba Jesús nazareno" . Con el fervor de un intenso deseo, clama: "¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!" Tratan de hacerlo callar, pero clama con más vehemencia: "¡Hijo de David, ten misericordia de mí!" Este pedido es escuchado. Su fe perseverante es recompensada. No sólo se le restaura la vista física, sino que son abiertos los ojos de su entendimiento; y ve en Cristo a su redentor y el Sol de justicia brilla en su alma. Todos los que sienten necesidad de Cristo como la sintió el ciego Bartimeo, y tengan tanto fervor y tanta determinación como él tuvo, recibirán como él la bendición que anhelan.
Los afligidos, los dolientes que buscan a Cristo como su ayudador, quedaban encantados con la perfección divina, con la belleza de la santidad que resplandecían en su carácter. Pero los fariseos no lo deseaban porque no podían ver su belleza. Su vestido sencillo y su vida humilde, desprovista de ostentación externa, hacían que fuera para ellos como raíz de tierra seca (RH 15-3-1887). 1087
CAPÍTULO 11
12-14.
Ver EGW com. Mat. 21: 18-20.
CAPÍTULO 12
30 (Ecl. 9: 10; Luc. 10: 27); Rom. 12: 11; Col. 3: 23). El servicio de cada facultad.-
Las facultades físicas deben ponerse al servicio del amor de Dios. El Señor pide la fuerza física, y podéis revelar vuestro amor por él mediante el uso correcto de vuestras facultades físicas, haciendo precisamente la obra que necesita ser hecha. Dios no hace acepción de personas. . .
Hay ciencia en la más humilde clase de trabajo, y si todos lo consideraran así, verían nobleza en el trabajo. El corazón y el alma deben ponerse en la obra de cualquier clase que sea; entonces hay alegría y eficiencia. En las ocupaciones mecánicas y agrícolas los hombres pueden demostrar a Dios que aprecian sus dádivas de las facultades físicas y de las mentales. Usese la capacidad educada para idear mejores métodos de trabajo. Esto es precisamente lo que quiere el Señor. Es honrosa cualquier clase de trabajo que es necesario hacer. Conviértase la ley de Dios en la norma de acción, y ennoblecerá y santificará toda labor. La fidelidad en la ejecución de cada deber ennoblece el trabajo y revela un carácter que Dios puede aprobar.
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas". Dios desea el amor que se expresa en un servicio cordial, en un servicio del alma, en el servicio de las facultades físicas. No debemos hacernos pequeños en cualquier clase de servicio para Dios. Cualquier cosa que él nos haya prestado debe usarse inteligentemente para él. El que ejercita sus facultades seguramente las vigorizará; pero debe procurar hacer lo más que puede. Se necesita inteligencia y una habilidad educada para idear los mejores métodos de agricultura, en construcciones y en cualquier otro ramo para que el obrero no trabaje en vano. . .
El deber de cada obrero es dar no sólo su vigor sino su mente e intelecto en todo lo que emprende. . . Podéis elegir ser rutinarios en una conducta equivocada por no estar dispuestos a ocuparos de vosotros mismos para reformaros, o podéis cultivar vuestras facultades para que rindan el mejor servicio posible, y entonces seréis solicitados en cualquier parte y en todas partes. Seréis apreciados por todo lo que valéis. "Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas". "No perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor" (MS 8, 1894).
30-31.
Ver EGW com. Mat. 22: 37-39.
37.
Ver EGW com. Luc. 4: 18-19.
CAPÍTULO 13
21-22.
Ver EGW com. Mat. 24: 23-24.
34.
Ver EGW com. Juan 17: 20-21.
CAPÍTULO 14
1.
Ver EGW com. Mat. 26: 2.
3-9.
Ver EGW com. Mat. 26: 6 - 13; Juan 12: 3.
10-11.
Ver EGW com. Mat. 26: 14 - 16; Luc. 22: 3 - 5.
27-31.
Ver EGW com. Mat. 26: 31-35.
29-31.
Ver EGW com. Luc. 22: 31-34.
32-42.
Ver EGW com. Mat. 26: 36-46.
36.
Ver EGW com. Mat. 26: 42; Luc. 22: 42. Rom. 8: 11.
40.
Ver EGW com. Mat. 26: 43.
53.
Ver EGW com. Mat. 26: 3.
61-62.
Ver EGW com. Mat. 26: 63 - 64, Luc. 22: 70.
63.
Ver EGW com. Mat. 26: 65.
CAPÍTULO 15
6-15.
Ver EGW com. Mat. 27: 15 - 26.
12-14.
Ver EGW com. Mat. 27: 22 - 23.
14-15.
Ver EGW com. Mat. 27: 25-26.
21.
Ver EGW com. Mat. 27: 32.
26.
Ver EGW com. Mat. 27: 37.
27.
Ver EGW com. Mat. 27: 38.
31.
Ver E(;W com. Luc. 24: 13-15.
33.
Ver EGW com. Mat. 27: 45.
33-34, 39.
Ver EGW com. Mat. 27: 45-46.
37.
Ver EGW com. Mat. 27: 50; Juan 19: 30.
38.
Ver EGW com. Mat 27: 5 1; Juan 19: 30.
39.
Ver EGW com. Mat. 27: 54.
CAPÍTULO 16
1-2 (Mat. 28: 1; Luc. 24: 1; Rom. 6: 3 - 5; 1 Cor. 11: 26). La resurrección no convirtió en sagrado el primer día.-
Cristo reposó en la tumba el día sábado, y cuando los seres santos, tanto de la tierra como del cielo, estaban en actividad en la mañana del primer día de la semana, salió de la tumba para renovar la obra de enseñar a sus discípulos. Pero este 1088 hecho no convierte en sagrado el primer día de la semana ni lo hace un día de reposo. Jesús estableció antes de su muerte un recordativo del quebrantamiento de su cuerpo y del derramamiento de su sangre por los pecados del mundo, en el rito de la Cena del Señor, cuando dijo: "Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebierais esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga". * Y el creyente arrepentido, que sigue los pasos que exige la conversión, conmemora en su bautismo la muerte, la sepultura y la resurrección de Cristo. Desciende bajo el agua a la semejanza de la muerte y entierro de Cristo, y sale del agua a semejanza de su resurrección, no para vivir otra vez la antigua vida de pecado, sino para vivir una vida nueva en Cristo Jesús (3SP 204).
6 (Juan 1: 1 - 3, 14; Fil. 2: 5 - 8; Col. 2: 9; Heb. 1: 6, 8; 2: 14 - 17; 4: 15). La Deidad no murió.-
La naturaleza humana del Hijo de María, ¿fue cambiada en la naturaleza divina del Hijo de Dios? No. Las dos naturalezas se mezclaron misteriosamente en una sola persona: el hombre Cristo Jesús. En él moraba toda la plenitud de la Deidad corporalmente. Cuando Cristo fue crucificado, su naturaleza humana fue la que murió. La Deidad no disminuyó y murió; esto habría sido imposible. Cristo, el inmaculado, salvará a cada hijo e hija de Adán que acepte la salvación que se le ofrece, que consienta en convertirse en hijo o hija de Dios. El Salvador ha comprado a la raza caída con su propia sangre.
Este es un gran misterio, un misterio que no será comprendido plena y completamente, en toda su grandeza, hasta que los redimidos sean trasladados. Entonces se comprenderán el poder, la grandeza y la eficacia de la dádiva de Dios para el hombre. Pero el enemigo ha decidido que esta dádiva sea oscurecida hasta el punto de que quede reducida a nada (Carta 280, 1904).
(Mat. 28: 5 - 6; Luc. 24: 5 - 6; Juan 2: 19; 10: 17 - 18; Hech. 13: 32 - 33.)-
Cuando se oyó la voz del ángel que decía: "Tu Padre te llama", Aquel que había dicho: "Yo pongo mi vida, para volverla a tomar"... "Destruid este templo, y en tres días lo levantaré", salió de la tumba a la vida que estaba en sí mismo. La Deidad no murió. La humanidad murió; pero Cristo ahora proclama sobre el sepulcro abierto de José: "Yo soy la resurrección y la vida". Por su divinidad Cristo tenía poder para romper las ataduras de la muerte. Declara que tenía vida en sí mismo para dar vida a quienes le plazca.
"Yo soy la resurrección y la vida". Sólo la Deidad puede usar este lenguaje. Todas las cosas creadas viven por la voluntad y el poder de Dios. Son recipientes que dependen de la vida del Hijo de Dios. No importa cuán capaces y talentosos sean, no importa cuán grandes sean sus aptitudes, reciben nuevamente la vida de la Fuente de toda vida. Sólo Aquel que es el único que tiene inmortalidad, que mora en luz y vida, podía decir: "Tengo poder para ponerla [su vida], y tengo poder para volverla a tomar". Todos los seres humanos de nuestro mundo toman de él su vida. El es el origen, la fuente de vida (MS 131, 1897).
"Yo soy la resurrección y la vida". El que había dicho: "Pongo mi vida, para volverla a tomar" salió de la tumba a la vida que estaba en él mismo. La humanidad murió: la divinidad no murió. Por su divinidad Cristo tenía poder para romper las ataduras de la muerte, El declara que tiene vida en sí mismo para dar vida a quienes le plazca.
Todos los seres creados viven por la voluntad y el poder de Dios. Son recipientes de la vida del Hijo de Dios. No importa cuán capaces y talentosos sean, no importa cuán grandes sean sus aptitudes, reciben nuevamente la vida de la Fuente de toda vida. El es el origen, la fuente de vida. Sólo Aquel que es el único que tiene inmortalidad, que mora en luz y vida, podía decir: "Tengo poder para ponerla [su vida], y tengo poder para volverla a tomar..
Cristo fue investido con el derecho de dar inmortalidad. La vida que había entregado en su humanidad, la tomó otra vez y la dio a la humanidad. "Yo he venido -dice él para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (YI 4-8-1898).
Sólo el Padre podía libertar a Cristo.-
Aquel que murió por los pecados del mundo tenía que permanecer en la tumba el tiempo determinado. Estuvo en esa prisión de piedra como preso de la justicia divina. Era responsable ante el juez del universo. Llevaba los pecados del mundo, y sólo su Padre podía libertarlo. Una fuerte guardia de poderosos ángeles velaba sobre la tumba, y si una mano 1089 se hubiese levantado para retirar el cuerpo, la fulguración que emanaba de la gloria de los ángeles hubiera derribado impotente en tierra al atrevido.
Sólo había una entrada a la tumba, y ni la fuerza humana ni ningún engañador podía atreverse a tocar la piedra que guardaba la entrada. Allí descansó Jesús durante el sábado. Pero la profecía había dicho que al tercer día Cristo se levantaría de entre los muertos. Cristo mismo había asegurado esto a sus discípulos: "Destruid este templo -dijo-, y en tres días lo levantaré". Cristo no cometió pecado ni se halló engaño en su boca, Su cuerpo saldría de la tumba sin mancha de corrupción (MS 94, 1897).
1 comentario:
Holaaaassss, ¿Qué pasó con este hermoso blogspot? Al hno. que administra este BLOGSPOT por favor, LO ALIENTO A QUE SIGA ADELANTE PUBLICANDO temas y artículos interesantes de la hna. y profeta EGW.
Me entristece mucho que lo haya dejado abandonado este trabajo, claro que también comprendo que quizás por problemas de fuerza mayor ud. hno. no pudo continuar con la ediciones y publicaciones en este su BLOG.
Mis más cordiales saludos y bendiciones,
Mar.
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